La desaceleración económica global podría permear en el mercado interno mexicano y afectar la demanda que ha mostrado en el primer trimestre resiliencia ante los embates externos.
Así, existe el riesgo de que el consumo y la inversión privada disminuyan y que este fenómeno se extienda por un periodo prolongado, advierte en un informe el Banco de México (Banxico).
Un desempeño notable durante 2022 contrario a lo que los economistas y organismos esperaban, así como un comienzo firme en el primer trimestre de este año, podría verse ensombrecido ante las proyecciones de crecimiento que se han deteriorado y, según el Banxico, se han vuelto inciertas alineándose al entorno global.
El Reporte de estabilidad financiera que elabora semestralmente el Banco de México alerta de las probabilidades de una contracción en el consumo, cuando lo que el gobierno del presidente de Andrés Manuel López Obrador ha mencionado en sus informes de finanzas es que la expansión económica estará sustentada en un crecimiento de la demanda interna; es decir, hay una discrepancia en las perspectivas.
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Por un lado, Rogelio Ramírez de la O, titular de Hacienda, ha previsto que el Producto Interno Bruto del país será de 3.0 %, cuando lo que el Banxico ha calculado en un 2.3 %, una diferencia de 70 puntos base, pero que significan alrededor de 203 mil millones de pesos.
Y aunque puntualmente el Banco de México espera que el crecimiento sea de 2.3 %, también en sus pronósticos existe un escenario más conservador con una progresión de 1.7 %, y un máximo de 2.9 %, no obstante, en cada caso todos estarían por debajo de lo que el Gobierno de la Cuarta Transformación ha calculado.
El banco central mexicano indica que un menor dinamismo de la actividad económica, en combinación con tasas de inflación que se consideran aún elevadas respecto al objetivo del 3 %, podría tener implicaciones significativas en el deterioro del ingreso real de los hogares y las empresas, y en general para toda la economía.
“Existe el riesgo de que la dinámica de la demanda interna, particularmente en el consumo y la inversión privados, disminuya de manera importante y que esta dinámica se extienda por un periodo prolongado”, apercibe el informe de Banxico.
Esto vendría como consecuencia que las medidas monetarias que se han aplicado alrededor del mundo causen un efecto recesivo por las restricciones al crédito al elevar las tasas. Además, destaca que episodios de estrés en sistemas bancarios de países avanzados como Estados Unidos o en Europa, cuya interconexión con el sistema financiero global es significativa, representaría una fuente de riesgo sistémico que arrastre a nuestra economía.
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