Los 38 responsables de la pobreza en México

29 de Abril de 2024

Los 38 responsables de la pobreza en México

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foto: Cuartoscuro

Al revisar las gestiones de gobernadores y presidentes de la República en la última década, más de la tercera parte son coautores del fracaso de México para combatir la pobreza

Un presidente de la República y 37 gobernadores son los responsables de los malos resultados que tuvo México en la última década en el esfuerzo de combatir la pobreza. Son ellos a quienes, en distintos momentos, se les cayeron los diversos indicadores: pobreza, pobreza extrema, rezago educativo, acceso a servicios de salud, acceso a seguridad social, calidad de la vivienda, servicios básicos en los hogares, acceso a la alimentación y los niveles de ingreso.

›Entre 2008 y 2018, México tuvo dos presidentes de la República y 101 gobernadores. Un ejecutivo federal, Enrique Peña Nieto, y 64 mandatarios estatales tuvieron resultados positivos o, al menos, se mantuvieron estables en las diez variables que maneja el Coneval para dar a conocer los niveles de marginación que prevalecen a escala nacional o local.

En contraste, el presidente Felipe Calderón, 18 gobernadores del PRI, 10 del PAN, ocho del PRD y uno del Partido Verde experimentaron descensos en una o más dimensiones de la pobreza, lo que, en el balance nacional, se tradujo en un estancamiento en la lucha contra la miseria.

De acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), que el lunes 5 de agosto dio a conocer el documento 10 años de medición de pobreza 2008-2018, la pobreza bajó de 44.4% en 2008 a 41.9% en 2018, lo que da un promedio de apenas 0.25 puntos porcentuales al año.

En términos absolutos, considerando la dinámica demográfica del país, la población en pobreza (moderada y extrema) pasó de 49.5 millones hace 10 años a 52.4 millones en la actualidad.

Pero no sólo es un problema de políticas públicas y programas, falta un tramo de responsabilidad para completar el análisis, advierte José Nabor Cruz Marcelo, nuevo secretario ejecutivo de Coneval, quien se refirió a los empresarios y los sindicatos, ya que la falta de empleos de calidad y la creciente informalidad son factores que impidieron en esta última década que disminuyera la pobreza.

“México necesita hacer una reflexión y un debate profundo sobre qué tipo de políticas sociales y económicas habrá que llevar a cabo en el país en el corto y mediano plazo”, advirtió el funcionario.

Los números son irrefutables: 71.7 millones de personas en México viven sin acceso a la seguridad social, es decir, sus empleos son precarios.

“Evidentemente el gran peso que tiene el tema de la carencia de la seguridad social y la baja evolución de los ingresos pues afectó de mayor manera para tener este escenario de 52 millones de pobres”, sostuvo Cruz Marcelo en entrevista con ejecentral.

Por eso es tiempo, advirtió, de hacer un verdadero pacto social que involucre a gobiernos federal y estatales, sindicatos e iniciativa privada y se dé un cambio de paradigma en las condiciones en los que son contratados, porque como lo expone el ahora encargado de evaluar las políticas públicas, el empleo será el anclaje para disminuir la marginalidad.

Aunque, reconoce, será una transformación muy lenta, porque se debe atacar un problema estructural.

Con nombre y apellido

ejecentral revisó las bases de datos que dio a conocer el Coneval y que muestran cómo evolucionó cada entidad federativa a lo largo de los diez años de referencia y cuáles fueron los avances o retrocesos en los diez rubros que utiliza el organismo para medir la pobreza.

En el caso del presidente Felipe Calderón, cuya gestión inició en diciembre de 2006 y terminó en noviembre de 2012, el entonces panista recibió el país con 44.4% de la población en pobreza y lo dejó con 45.5%, lo que equivale a un aumento de 1.1 puntos porcentuales.

›En términos absolutos, Calderón llegó a la Presidencia con 49.5 millones de pobres y la entregó con 53.3 millones, es decir, con 3.8 millones de nuevos pobres, lo que en parte es explicable por la recesión mundial que se vivió tras la crisis inmobiliaria de 2008 y que provocó el cierre de empresas y la pérdida de miles de empleos.

En materia de pobreza extrema, Calderón tuvo mejores números. Recibió el país con 11% de la población en esa condición y lo entregó con 9.8%, una mejora de 1.2 puntos porcentuales. En otros términos, Calderón recibió un país con 12.3 millones de pobres extremos y lo dejó con 11.5 millones, es decir, 800 mil personas salieron de la marginación extrema.

Otro de los aspectos negativos de Calderón, según datos de Coneval, es el hambre. Entre 2008 y 2012, la población que no tuvo acceso a una alimentación adecuada aumentó de 21.7 a 23.3%, lo que equivale a tres millones 94 mil personas más que padecen hambre.

En tanto, los números de Peña Nieto son mejores y por eso no se le incluye en la lista de los 38 responsables de la pobreza en México. El mexiquense recibió un país con 45.5% de la población en pobreza y lo entregó con 41.9%, es decir, redujo la miseria en 3.6 puntos porcentuales, según el Coneval.

https://youtu.be/MTTyggdXnYw

En números absolutos, cuando Peña Nieto llegó a la Presidencia, en 2012, había 53.3 millones de pobres y cuando se fue, en 2018, había 52.4 millones, esto es, 900 mil personas menos.

Respecto a la pobreza extrema, Peña Nieto recibió el país 9.8% de la población en pobreza extrema y lo dejó con 7.4%, es decir, bajó 2.4 puntos porcentuales. Dicho de otra forma, cuando el mexiquense llegó había 11.5 millones de pobres extremos y al irse ya eran 9.3 millones.

De acuerdo con el Coneval, la gestión de Peña Nieto tiene saldos favorables en combate al rezago educativo y bajaron los porcentajes de población que no tiene acceso a servicios de salud y seguridad social; también bajó la proporción de personas que no tienen viviendas de calidad o servicios básicos en sus hogares, y bajó el porcentaje de personas que tienen ingresos inferiores a la línea de la pobreza y de la pobreza extrema.

Los 37 gobernadores con malas calificaciones en combate a la pobreza pertenecen a 23 entidades federativas. En el caso de Veracruz están implicadas tres administraciones (Fidel Herrera, Javier Duarte y Miguel Ángel Yunes); en Coahuila, Colima, Chihuahua, Ciudad de México, estado de México, Michoacán, Morelos, Nayarit, Oaxaca, Quintana Roo y Tamaulipas están implicados dos mandatarios, mientras que en Aguascalientes, BC, BCS, Campeche, Chiapas, Guanajuato, Guerrero, Nuevo León, Tabasco, Yucatán y Zacatecas sólo se menciona a un gobernador.

Llaman la atención los casos de Veracruz, que involucra a tres mandatarios; el de Campeche, pues Alejandro Moreno Cárdenas sale reprobado en seis de las diez variables; y Aguascalientes, BC, BCS, Chihuahua, Nuevo León y Tamaulipas, estados con economías que tienen un mayor dinamismo, en comparación con el sureste del país.

¿Qué pasó en una década?

José Nabor Cruz Marcelo es doctor en Economía y en tres décadas se ha enfocado a estudiar la desigualdad y la distribución del ingreso. Hace 18 días se convirtió en el director de Coneval y su primer tarea fue revisar y avalar el informe 10 años de medición de la pobreza en México, 2008-2018, que muestra una radiografía de la situación en el país, los responsables, los errores y avances.

Si consideramos el aumento de la población en estos 10 años, ¿qué tan real es la disminución de la pobreza?

—En términos porcentuales sí se da una reducción en ambos rubros, tanto en pobreza extrema como en situación de pobreza, evidentemente, el efecto del bono demográfico sí influyó que en términos absolutos en el rubro de pobreza tengamos un incremento de casi tres millones, porque finalmente la referencia en 2008 fueron 111 millones de mexicanos, como población total, y la referencia en 2018 fueron 125.9, casi 126 millones de mexicanos.

“Ahí también tenemos que más allá de un factor positivo, evidentemente hay un cierto impacto en cuanto a que en términos porcentuales hubo una reducción, pero se mantiene en términos de millones de mexicanos los niveles de pobreza.

Tan sólo en 2018, en 150 programas para pobreza y derechos se desembolsaron 910 millones 283 mil 400 pesos. ¿Todos los recursos que se dieron en estos diez años se desperdiciaron?

—Más que desperdiciado, hubo una parte que evidentemente sí fue exitosa. Más que decir que si fue o no suficiente, si fue o no correcto su ejecución, me parece que en parte sí hubo programas que tuvieron cierto éxito, por eso cuenta la reducción de ciertas carencias y pobreza extrema, pero en el agregado sí resultaron insuficientes, pero no hay que perder de vista que hay variables macroeconómicas que afectan o no el éxito o los alcances de las políticas sociales en reducciones de pobreza y de pobreza extrema.

Dijo que hay un estancamiento de la pobreza, ¿qué falló?

Señalamos dos variables que nos parecen focos rojos. Una parte es el acceso a la seguridad social, esa es la carencia donde desafortunadamente hay una mayor cantidad de mexicanos en ese rubro: 71.1 millones de mexicanos para 2018, en 2008 eran 72.5 millones, prácticamente el mismo nivel de millones de mexicanos. Ese fenómeno es totalmente asociado con los temas de informalidad de la economía mexicana con la precarización del trabajo.

¿El rezago en seguridad social es un llamado para el empresariado mexicano en la cuestión de dotar de empleo pleno?

—Totalmente. México necesita hacer una reflexión y un debate profundo sobre qué tipo de políticas sociales y económicas habrá que llevar a cabo en el país en el corto y mediano plazo. Algunos colegas economistas de la UNAM, Rolando Cordera, Carlos Tello, han mencionado desde hace 10 años que México requiere un pacto social donde confluyan empresarios, sindicatos y gobierno. Evidentemente se tiene que poner a la mesa atacar la informalidad en nuestro país.

¿Qué dificultades puede tener este nuevo pacto social?

—La primera dificultad que podría yo identificar es indudablemente los esquemas de contratación. Concertar que los esquemas de contratación pueden ofrecer mayores variables de formalidad, porque no sólo tenemos el tema de que se reporte al Seguro Social, sino también el tema de las afores, de las pensiones, el tema de vacaciones, de aguinaldo, el tema de incapacidades, que alguno de estos elementos son los que se toma en cuenta para este indicador de carencia.

“No es un camino sencillo. Por poner un ejemplo, con un comparativo a nivel internacional, Brasil en los ocho años de la presidencia de Lula, solamente pudo reducir su informalidad en seis puntos porcentuales, pero sí la pudo focalizar mucho y una reducción de casi diez puntos porcentuales en el empleo informal juvenil. Me parece que son transformaciones sí muy lentas, porque finalmente es un problema estructural relevante el tema de informalidad, no solamente en México, sino el resto de América Latina, pero evidentemente estrategias que vayan desde lo local, desde lo regional y reitero con la información que estamos proporcionando pueden aplicarse estrategias exitosas, más que en el corto, en el mediano plazo”.

Aumentar salarios en estados con más pobreza

El tamaño del problema, apuntó Nabor Cruz, es este: “Que el propio Inegi te señale que casi 27% del Producto Interno Bruto tiene que ver con el ámbito de actividades informales, te refleja que un cuarto de tu economía está en este ámbito. De ese tamaño es el gran problema y consideramos que es uno de los obstáculos de que desafortunadamente en estos diez años no haya habido avances tan importantes, como uno lo hubiera esperado en términos de reducciones de pobreza”.

Una estrategia inicial para combatir la informalidad, explicó el secretario ejecutivo del Coneval, consistiría en replicar al aumento del salario mínimo en los estados de Chiapas, Oaxaca, y Guerrero.

“Estos tres estados también mantienen una fuerte presencia de población indígena y 45% de las mujeres indígenas, es pobre extrema”, detalló.

Así como se podría incrementar el salario, también argumenta, se tendrían que ajustar las políticas sociales en estos estados, donde el foco principal de atención sea la población indígena, los hogares con jefatura femenina, las personas con discapacidad y los adultos mayores.

En las ciudades, como parte de las acciones para combatir la informalidad, refirió, es necesario que se ataje el fenómeno del outsourcing, debido a que de 2005 a 2019 este modelo de contratación ha incrementado, y cambiar dicha dinámica permitiría, dijo, que dentro de dos años se tengan reducciones en cuanto a la carencia de seguridad social.

A decir del funcionario, el empresariado mexicano sí estaría dispuesto a participar en un nuevo pacto social, y como ejemplo, apuntó, está que en la zona fronteriza del norte del país se implementó un aumento al salario mínimo de los trabajadores, el cual se dio luego de un acuerdo entre gobierno federal, gobiernos estatales e iniciativa privada.

¿Digamos que lo que falló fue el pacto social vigente?

En realidad, tampoco veía un pacto social sólido. Si bien hubo un tema de reformas estructurales, los niveles de informalidad permanecieron inalterados en los últimos 10 o 15 años. En ese sentido me parece que en realidad no hubo tampoco un pacto social. Más bien, y por eso la reflexión, es que haya este debate de la parte de iniciativa privada, de los gobiernos, y evidentemente Coneval se irá proporcionando información estadística y evaluaciones para tratar de cambiar las características de nuestro país.

¿El estancamiento de la pobreza también es un fracaso del Coneval?

—Considero que no, en el sentido de que al final del día, nosotros como institución hemos proporcionado un enfoque metodológico cohesionado y fortalecido. Lo pongo de manera tan contundente como tu pregunta: si no existiera Coneval no tuviéramos este diagnóstico y estas cifras. Ahora bien, otra de las funciones sustantivas del Coneval es la evaluación de programas sociales. Justo tenemos publicada en nuestra página de internet un informe sobre la evaluación de los programas sociales en el sexenio anterior y tenemos que 56% de los programas sociales fueron insuficientes en cuanto a los resultados y metas tenían durante el sexenio.

“En ese mismo documento, Coneval plantea lo siguiente: que prácticamente en nuestro país en estos últimos años tenemos programas sociales que al final del día van más con un enfoque presupuestario, que un enfoque de cumplimiento de metas. Si bien Coneval ha diagnosticado, ha evaluado, mientras no cambiemos el enfoque de la ejecución de los programas sociales y que vayan más allá del cumplimiento meramente presupuestario, evidentemente vamos a mantener cifras como las que presentamos el día de ayer”.

¿Considera que hay un riesgo de quitarle autonomía al Coneval?

—No, porque el órgano de gobernanza bajo el cual se rige el Coneval, no se modificó. Solamente se modificó la figura del secretario ejecutivo, pero el órgano de gobernanza es donde se dan todas las decisiones, tanto la parte metodológica como de evaluaciones permanece inalterado y evidentemente es una manera expresiva de la propia autonomía del Coneval. Las decisiones se dan a través de un órgano colegiado y en ese sentido la autonomía está garantizada.

¿Cuál es el reto de José Nabor Cruz al frente del Coneval?

›El reto fundamental no sólo es que continúe en esta gran operatividad que ha tenido Coneval a lo largo de su historia. Me parece que Coneval en esta utilidad que tiene a la sociedad mexicana es que la información estadística de medición de pobreza y la parte de evaluación de programas sociales tiene que ser escuchada por los hacedores de política pública para que puedan reorientar el gasto social y el gasto público del país.

“Mi reto es continuar con esa exposición de compartir la información con la mayor cantidad de actores gubernamentales, políticos, también a la parte de la academia y las organizaciones civiles, porque indudablemente el gran tema de Coneval es la pobreza. Y buscar los mecanismos de ajuste en la política pública y la política económica del país para que dentro de dos años, cuatro años, seis años tengamos indicadores diferentes”.

El presidente Calderón, 18 gobernadores del PRI, 10 del PAN, ocho del PRD y uno del Partido Verde experimentaron descensos en una o más dimensiones de la pobreza, lo que, en el balance nacional, se tradujo en un estancamiento en la lucha contra la miseria, según datos de Coneval.