México se convirtió en moneda de cambio en una disputa que libra la Casa Blanca contra el Congreso de Estados Unidos por el presupuesto para la guerra en Ucrania y la seguridad en la frontera.
El flujo de recursos para financiar la defensa de Ucrania contra la invasión rusa, una de las prioridades internacionales de la administración Biden, está sujeto a que el gobierno refuerce la seguridad en la frontera con México.
Este lunes, la directora de presupuesto del presidente Biden, Shalanda Young, dijo en una carta al presidente republicano de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, que si la asistencia militar a Ucrania se agota “debilitaría” la lucha de Kiev contra el ejército de Vladimir Putin.
Nos hemos quedado sin dinero... y casi sin tiempo”, escribió Young en una severa carta dirida al líder republicano.
Pero el presidente Johnson, que asumió el cargo en octubre después de que su predecesor fuera derrocado, dio a la carta una respuesta igual contundente.
La administración Biden no ha abordado sustancialmente ninguna de nuestras preocupaciones legítimas sobre la falta de una estrategia clara en Ucrania”, escribió este lunes Johnson en la red social X, anteriormente Twitter.
Johnson recalcó que cualquier ayuda a Ucrania está sujeta a cambios en la política estadounidense en la frontera sur con México, a medida que aumenta el número de llegadas de inmigrantes.
El año 2023 rompió todos los récords en flujo de migrantes, principalmente de Haití y Centroamérica, que buscan asilo en Estados Unidos.
Los legisladores republicanos acusan de esta situación, que ha desbordado a varias ciudades fronterizas como San Diego, El Paso, Eagles Pass y Brownsville, a la permisividad con que se ha manejado el presidente Biden.
Al presentar a Putin y Hamás como fuerzas gemelas que intentan “aniquilar” las democracias vecinas, Biden ha tratado de vincular 61 mil millones de dólares para Ucrania con 14 mil millones de dólares para Israel en el paquete de ayuda que exigió en octubre, junto con la financiación para la frontera.
Pero el Congreso ha estado paralizado durante meses por las luchas internas republicanas, y los legisladores de extrema derecha se oponen particularmente a cualquier otra ayuda para Kiev mientras la guerra entra en su tercer año. Con información de AFP.
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