Desde el 26 de marzo Claudia Uruchurtu fue víctima de desaparición forzada en Oaxaca. A pesar de que fueron detenidos y vinculados a proceso como presuntos responsables, la alcaldesa morenista de Nochixtlán, Lizbeth Victoria Huerta y otros dos funcionarios del municipio, aún no se sabe en dónde está la activista. Esto es inhumano.
Al parecer la alcaldesa bloqueó la búsqueda inmediata de Claudia y como no hay Comisión Estatal de Búsqueda en Oaxaca, las hermanas Uruchurtu tuvieron la primera reunión con la Comisión Nacional de Búsqueda 12 días después de la desaparición y no fue hasta 20 días después que se hizo la búsqueda con perros y drones. La tardanza es absolutamente imperdonable.
El hecho de meter a la cárcel a los que pudieron estar involucrados en la desaparición no significa que el caso está cerrado, lo importante ahora es acelerar la búsqueda. Quizá el propio presidente Andrés Manuel López Obrador podría proporcionar detalles porque ya dijo que fue asesinada. Sin embargo, en un caso de desaparición forzada se debe asumir que la víctima sigue viva por dignidad de la persona.
En la mañanera del 11 de mayo AMLO dijo: “Fue muy doloroso lo que acaba de pasar en Nochixtlán en Oaxaca, en donde desaparece una luchadora social, se abre investigación y un participante, como testigo protegido, da a conocer que la habían asesinado y que la orden había salido presuntamente de la presidenta municipal del partido de Morena y la instrucción es sea quien sea, no llegamos aquí para eternizar la corrupción y la impunidad, que se aclare’’.
Si el presidente tiene esa información, entonces ¿en dónde está Claudia?, ¿quién es responsable de su búsqueda?, ¿se la tragó la tierra?, ¿qué pasó con ella? Es inhumano tener a la familia sin respuestas, al igual que a tantas madres de desaparecidos con historias similares.
Es un avance que se haya detenido a la edil, sienta un precedente sobre todo siendo de Morena, pero para cerrar este caso emblemático además de hacer justicia, se tiene que encontrar a la víctima.
“Lo que digo siempre es: la búsqueda sin justicia es impunidad, la justicia sin búsqueda es inhumanidad’’, me dice Carmen Rosa Villa Quintana una de las integrantes del Comité de la ONU contra Desaparición Forzada (CED, en inglés).
“Un elemento fundamental es el de la búsqueda inmediata, nada de 24 horas, nada de 72 horas”, argumenta la experta del CED quien remarca que “no hay que cesar en la búsqueda, no hay que rendirse”.
Elizabeth Uruchurtu, hermana de Claudia, me cuenta paso a paso los tremendos errores, deficiencias y omisiones que se cometieron en la búsqueda a pesar de que hicieron una petición de acción urgente al CED, lo que movió el caso hasta nivel de Subsecretarías de Gobernación.
Quizá ayudó que las hermanas de Claudia tienen nacionalidad inglesa y se sospecha que Jeremy Corbyn, exlíder de la oposición británica y único funcionario de Reino Unido que asistió a la toma de posesión de AMLO, ha estado muy pendiente del caso.
Y además de comer tlayudas, es probable que el viaje de AMLO a Oaxaca fue para hacer control de daños, porque el senador de Morena, Salomón Jara, defendió a capa y espada a la alcaldesa de Nochixtlán, le consiguieron auto blindado y hasta escoltas de la Guardia Nacional porque la señora dijo ser víctima de acoso político. Así se las gastaron.
Por otra parte, Elizabeth acusa también que la investigación se basa en la noche en la que desapareció su hermana en un mitin y no en la serie de ilícitos que cometió la funcionaria y que la activista documentó y denunció en tiempo y forma.
México sigue hundido en el flagelo de la desaparición forzada de miles de personas como Claudia. El Comité de la ONU pidió visitar el país por este crimen horrendo y generalizado en todo el territorio. El gobierno de AMLO dijo que sí acepta la visita, pero no lo ha formalizado por escrito y papelito habla. Urge la visita del CED. Por las víctimas. Por humanidad.
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