Fumar incrementa el riesgo de sufrir un infarto cerebral
En el marco del Día Mundial Sin Tabaco, el cual se conmemora el 31 de mayo, especialistas hicieron un llamado urgente a cuidar la salud

Fumar no solo daña los pulmones: también aumenta el riesgo de infarto cerebral, una de las principales causas de muerte en México.
/EjeCentral
Fumar es sin duda una de las adicciones más comunes en México; así lo reveló la Tercera Encuesta sobre Tabaquismo en Adultos en 2023, pues detalló que en el país hay más de 14 millones de fumadores, lo que posiciona al tabaquismo como un grave problema de salud pública y aunque comúnmente se asocia con enfermedades pulmonares, cardiacas y ciertos tipos de cáncer, el consumo de tabaco también representa una amenaza directa para la salud cerebral, provocando secuelas neurológicas severas e incluso mortales.
De acuerdo con el INEGI, la Enfermedad Vascular Cerebral (EVC), comúnmente conocida como infarto cerebral figura entre las diez principales causas de muerte en México y, tan solo en el primer semestre de 2024, fue responsable de más de 18 mil decesos.
“El consumo de tabaco eleva la presión arterial, lo que incrementa considerablemente el riesgo de padecimientos como el infarto cerebral.
Esta afección es la segunda causa más frecuente de daño neuronal y también la segunda causa de muerte a nivel global.
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Datos de la Organización Mundial de la Salud revelan que, de cada diez personas que mueren por un infarto cerebral, cuatro podrían haberse salvado si su presión arterial hubiera sido controlada a tiempo”, advirtió el Dr. Daniel Sánchez Arreola, miembro de la Sociedad Mexicana de Medicina de Emergencia (SMME).
En el marco del Día Mundial Sin Tabaco, el cual se conmemora el 31 de mayo, especialistas hicieron un llamado urgente a cuidar la salud y prevenir padecimientos graves que deterioran la calidad de vida o conducen a la muerte.
El acceso a información oportuna, clara y precisa es clave para generar conciencia, fortalecer la prevención y poder tomar decisiones a tiempo para evitar secuelas de gravedad.
Con el objetivo de fomentar la detección temprana y salvar vidas, existe la campaña educativa ‘Estrategia CAMALEÓN’, que busca crear conciencia sobre los síntomas de un infarto cerebral y la importancia de actuar con rapidez.
“Las primeras cuatro horas tras la aparición del primer síntoma son cruciales para evitar o disminuir las secuelas. Así, CAMALEÓN funciona como un acrónimo fácil de recordar: CA de cara colgada, MA de mano pesada, LE de lengua trabada, y ON de ponerse en acción llamando al 911 o acudiendo de inmediato al hospital”, explicó el Dr. Sánchez Arreola, también especialista en Medicina de Urgencia.
Ante este panorama, evitar el consumo de tabaco en todas sus formas se vuelve fundamental, “Desde los cigarrillos convencionales hasta los electrónicos o vaporizadores, todos contienen sustancias tóxicas. Aunque muchas veces se presentan con sabores atractivos, empaques llamativos o como alternativas inofensivas, siguen representando un riesgo serio para la salud”, enfatizó el especialista.
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Recuerda que los mecanismos principales de un infarto cerebral son:
- Daño a los vasos sanguíneos: Los químicos presentes en el humo del tabaco, como la nicotina y el monóxido de carbono, dañan el endotelio, la capa interna de los vasos sanguíneos. Esto promueve la formación de placas de ateroma, que estrechan y endurecen las arterias (aterosclerosis), dificultando el flujo sanguíneo al cerebro.
- Incremento de la coagulación sanguínea: Fumar eleva los niveles de fibrinógeno, una proteína clave en la coagulación. Esto aumenta la propensión a desarrollar coágulos que pueden bloquear las arterias cerebrales.
- Aumento de la presión arterial: La nicotina estimula el sistema nervioso simpático, causando vasoconstricción (estrechamiento de los vasos sanguíneos) y elevando la presión arterial, un factor crítico en el desarrollo de infartos cerebrales.
- Reducción del oxígeno en la sangre: El monóxido de carbono disminuye la capacidad de la sangre para transportar oxígeno, forzando al corazón a trabajar más y aumentando el estrés en el sistema vascular.
Inflamación crónica: Fumar induce un estado inflamatorio crónico en el cuerpo, lo que contribuye al deterioro vascular y al riesgo de eventos cerebrovasculares.
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¿Cuáles son los beneficios de dejar de fumar?
Dejar de fumar tiene un impacto positivo y significativo en la salud cerebrovascular, incluso en personas que han fumado durante años. Algunos beneficios incluyen:
- Reducción inmediata del riesgo: A las pocas semanas de dejar de fumar, disminuye la presión arterial y mejora la circulación sanguínea.
- A largo plazo: Después de más de 10 años de haber dejado de fumar, el riesgo de infarto cerebral puede equipararse al de una persona que nunca ha fumado.
- Mejor salud general: Dejar de fumar también reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares, cáncer y enfermedades pulmonares.
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Prevención y recomendaciones
Prevenir un infarto cerebral implica abordar los factores de riesgo modificables y adoptar un estilo de vida saludable. Algunas recomendaciones clave incluyen:
- Dejar de fumar: Busca apoyo profesional, como programas y/o terapia psicológica para dejar de fumar, terapia de reemplazo de nicotina o medicamentos.
- Controlar la hipertensión: Realiza chequeos regulares y sigue las indicaciones médicas para mantener una presión arterial saludable.
- Adoptar una dieta equilibrada: Prioriza alimentos ricos en fibra, frutas, verduras, grasas saludables y limita el consumo de sal y grasas saturadas.
- Ejercicio regular: La actividad física ayuda a controlar el peso, reducir el colesterol y mejorar la salud cardiovascular.