¿Quiénes son los narcos en EU? Estos son los cárteles de drogas que operan dentro del país
Según el Departamento de Justicia de Estados Unidos, las dos organizaciones criminales con mayor expansión dentro del país son los Crips y los Bloods.
Foto especial: Ideogram
Durante años, el Gobierno de Estados Unidos ha presentado la crisis de drogas como un problema externo, en el que los cárteles internacionales son los responsables del ingreso y distribución de narcóticos dentro de su territorio. Sin embargo, diversos informes oficiales y judiciales muestran una realidad más compleja: el narcotráfico también tiene raíces internas, con organizaciones criminales nacidas y consolidadas en el propio país, es decir, hay narcos estadounidenses.
Estas bandas, con presencia en múltiples estados, no solo distribuyen drogas importadas, sino que controlan redes completas de venta local, lavado de dinero y violencia territorial. En ciudades como Los Ángeles, Chicago, Boston o Nueva York, grupos delictivos con larga trayectoria han evolucionado de simples pandillas callejeras a verdaderos cárteles estadounidenses.
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Los cárteles estadounidenses más poderosos: Crips y Bloods
Si bien el tema de los narcotraficantes no se agita en este artículo y se limita a señalar a los traficantes de drogas más visibles, pon en el foco un tema fundamenta: los narcotraficantes estadounidenses. Según el Departamento de Justicia de Estados Unidos, las dos organizaciones criminales con mayor expansión dentro del país son los Crips y los Bloods. Originarias de Los Ángeles, estas estructuras han logrado consolidar un esquema similar al de los cárteles tradicionales latinoamericanos: jerarquía definida, división territorial y una compleja red de distribución de drogas que abarca desde la costa oeste hasta Alaska y Hawái.
Ambas organizaciones agrupan a decenas de pandillas locales que operan en el microtráfico, la venta de armas y otros delitos relacionados. Estas facciones se encargan de asegurar el control de barrios, calles y complejos habitacionales, donde establecen puntos de venta permanentes de cocaína, heroína, metanfetamina y fentanilo.
Los Crips y Bloods han alternado períodos de rivalidad y cooperación, especialmente en los últimos años, cuando algunas de sus células decidieron unir esfuerzos para aumentar las ganancias provenientes del tráfico de drogas. Su estrategia, de acuerdo con autoridades federales, consiste en adquirir cocaína a bajo costo en Los Ángeles y revenderla en otros estados con márgenes de ganancia mucho mayores.
El Departamento de Justicia también ha documentado la creación de fondos económicos destinados a pagar fianzas, contratar abogados y financiar la compra de negocios legales utilizados para lavar dinero. Entre estos destacan lavaderos de autos, talleres mecánicos, licorerías, moteles y concesionarios de vehículos.
Ejemplo de operación local: el caso de Grape Street Crips
En 2024, la oficina antidrogas de Estados Unidos (DEA) informó que 11 integrantes de la organización Grape Street Crips admitieron su participación en una red de narcotráfico dedicada a la distribución de fentanilo, heroína y cocaína. Este grupo, originario del vecindario de Watts, en el sur de Los Ángeles, extendió su influencia hasta Newark, Nueva Jersey, donde controlaba el tráfico de drogas en el complejo habitacional Oscar Miles Village.
Las autoridades señalaron que la venta de narcóticos ocurría casi a diario, y que los implicados utilizaban armas de fuego para mantener el control de la zona. Además de las drogas incautadas, se recuperaron múltiples armas de alto calibre utilizadas para intimidar a rivales y a las fuerzas del orden.
Este caso ejemplifica cómo las pandillas estadounidenses han evolucionado hacia estructuras más sofisticadas y violentas, con redes de distribución que cruzan las fronteras estatales y emplean tácticas similares a las de los cárteles internacionales.
Otros cárteles y pandillas narco en EU
Además de los grupos angelinos, existen otras organizaciones delictivas con fuerte presencia en distintas regiones del país. Entre ellas, destaca la pandilla H-Block Street, originaria de Boston, Massachusetts.
- Origen y evolución: Nació en la década de 1980 bajo el nombre de Humboldt Raiders en el barrio de Roxbury. En los años 2000 resurgió como H-Block, consolidándose como una de las pandillas más violentas e influyentes de la región.
- Actividades delictivas: Su estructura se dedica principalmente al tráfico de cocaína, la posesión de armas y la comisión de delitos violentos.
- Antecedentes criminales: Muchos de sus miembros acumulan extensos historiales judiciales. En 2015, uno de ellos disparó a un agente de policía de Boston sin provocación previa.
- Casos recientes: En abril de 2024, Jerry Gray, de 28 años, miembro activo de H-Block, fue sentenciado por distribución de drogas y posesión de armas. En agosto del mismo año, otros 10 integrantes fueron acusados de delitos similares, lo que evidenció un repunte de su actividad.
Estos casos reflejan que el narcotráfico en EE. UU. no se limita a la importación de drogas extranjeras, sino que se sostiene también por estructuras locales con capacidad logística, recursos económicos y vínculos con redes internacionales.
Narcotráfico y control territorial en EU
El fenómeno del narcotráfico interno en Estados Unidos se relaciona estrechamente con el control territorial y la violencia urbana. Las autoridades estiman que cientos de pandillas locales, asociadas o no con los grandes cárteles, se reparten zonas de influencia en las principales ciudades. En cada una de ellas, las actividades ilícitas —microtráfico, extorsión, lavado de dinero y venta de armas— se han convertido en una fuente significativa de ingresos.
El Gobierno estadounidense ha reconocido el impacto de estas organizaciones en la seguridad pública. En ciudades como Chicago, Baltimore, Washington D.C. y Los Ángeles, el incremento de homicidios y delitos violentos está directamente vinculado a las disputas por el control del mercado de drogas.
El narcotráfico en Estados Unidos no es un fenómeno exclusivamente externo. Aunque los cárteles latinoamericanos continúan desempeñando un papel clave en la producción y el suministro de drogas, la distribución, comercialización y control territorial tienen un fuerte componente interno. Bandas como los Crips, Bloods y H-Block Street representan una nueva cara del crimen organizado, con raíces locales pero conexiones nacionales.
El reconocimiento de estos grupos como cárteles estadounidenses evidencia que la lucha contra las drogas requiere una visión más amplia, centrada no solo en la frontera, sino también en el interior del país, donde las pandillas han convertido el narcotráfico en un negocio propio y en una amenaza directa para la seguridad nacional. DJ
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