“Regulación de la Inteligencia Artificial en México: Retos, Riesgos y nuevas oportunidades”

La regulación de la inteligencia artificial (IA) ha ganado relevancia en todo el mundo. En febrero de 2025, líderes y expertos internacionales se reunieron por primera vez para plantear normas, fundamentos científicos y soluciones que permitan un uso más sostenible de esta tecnología, que combina oportunidades sin precedentes con dilemas éticos y legales.

Pedro Salazar Ugarte, académico del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, señala que la IA no es un fenómeno reciente. “Desde mediados del siglo XX se buscaba que las máquinas generaran razonamientos similares a los humanos. Sin embargo, en 2022 surgieron los primeros modelos de IA generativa capaces de crear texto, imágenes y sonido a velocidades impresionantes”, explica.

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Panorama internacional: Estados Unidos, Europa y China

Salazar Ugarte destaca que Estados Unidos lidera el desarrollo de IA, con una política de cero regulación, mientras que Europa aplica un enfoque basado en el riesgo, priorizando la privacidad y la protección de datos. Por su parte, China avanza con una estrategia tecnológica geopolítica que busca consolidar su liderazgo global en 2030.

El especialista advierte que México, al ser principalmente usuario y no desarrollador de IA, debe reflexionar sobre qué tipo de regulaciones podría implementar y cómo estas podrían interactuar con tratados internacionales, como el T-MEC.

Situación actual de México con la IA

A pesar de que desde 2020 se han presentado iniciativas legislativas sobre IA, México carece de una normativa clara y de una estrategia nacional definida. “Estamos en un punto clave; si no actuamos pronto, podríamos enfrentar problemas graves en el futuro”, subraya Salazar.

Entre los principales desafíos está definir qué queremos regular: derechos de los ciudadanos, transparencia de algoritmos, protección de datos y supervisión de responsabilidades. Mientras algunos alertan que una regulación excesiva podría frenar la innovación, otros advierten sobre los riesgos de la falta de reglas claras.

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Principios clave para una regulación efectiva

Salazar propone que cualquier normativa mexicana se base en tres pilares fundamentales:

• Ética y transparencia: algoritmos audibles y explicables, sin sesgos discriminatorios.
  
• Protección de datos: seguridad de la información personal utilizada por la IA.
  
• Supervisión y responsabilidad: mecanismos de control para prevenir abusos y asegurar la rendición de cuentas.

Además, sugiere regular por ámbitos temáticos, en lugar de intentar una ley general que se vuelva obsoleta ante la rápida evolución tecnológica.

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Riesgos y oportunidades de la IA en México

La inteligencia artificial ha transformado sectores como salud, educación, industria y seguridad, pero su uso también plantea riesgos: violación de la privacidad, discriminación algorítmica y desplazamiento laboral. Salazar advierte que la falta de transparencia en los algoritmos podría generar decisiones sesgadas sin posibilidad de apelación.

“La tecnología debe verse como una aliada, no como enemiga. Debemos hacerla accesible para evitar que la brecha social se amplíe”, concluye. La discusión sobre si México regulará la IA o permitirá su evolución sin restricciones continúa, y las decisiones del Congreso marcarán el rumbo del desarrollo tecnológico nacional.
YF