Claudia Sheinbaum rendirá protesta como presidenta de México el próximo 1 de octubre en la Cámara de Diputados, marcando un momento histórico al ser la primera mujer en asumir el cargo más alto del país. El evento contará con la presencia de mil invitados, incluidos presidentes y expresidentes de América Latina, diplomáticos, empresarios, legisladores y los gabinetes entrante y saliente. La sesión está programada para las 9 de la mañana.
La ceremonia seguirá el protocolo en el que el jefe del Ejecutivo saliente, Andrés Manuel López Obrador, entregará la banda presidencial a la presidenta de la Cámara de Diputados, Ifigenia Martínez, quien se encargará de colocarla a Sheinbaum. El acto es significativo, no sólo por el traspaso de poder, sino porque será la primera vez que una mujer imponga la banda presidencial a otra mujer en México, un símbolo destacado por varios sectores políticos.
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En cuanto a la seguridad, no se contempla una sede alterna para la ceremonia, por lo que se desplegará un dispositivo amplio para asegurar el acceso y evitar que posibles manifestaciones interfieran con el evento.
Desde el 1 de septiembre, personal militar y de seguridad pública federal ha trabajado en la logística para garantizar la asistencia sin contratiempos de López Obrador y Sheinbaum al Palacio Legislativo de San Lázaro.
Arturo Ávila, diputado y vocero de Morena, declaró que no existe un “Plan B” para la sesión y confía en que la oposición mantenga un “comportamiento republicano”. Ávila también enfatizó la importancia del evento al señalar que es el cierre del mandato de López Obrador, a quien describió como una figura clave en la transformación del país. “Viene una transformación más profunda, con cambios importantes y alrededor de 19 reformas constitucionales en los próximos meses”, añadió.
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Pese a los preparativos oficiales, el Frente Cívico Nacional, a través de su vocero Fernando Belaunzarán, mantiene su plan de organizar manifestaciones pacíficas para que la toma de protesta se realice en un recinto distinto. Belaunzarán insiste en que su grupo no permitirá que Sheinbaum reciba la banda presidencial en San Lázaro y destaca que su lucha es por la preservación de la democracia, que a su juicio está en riesgo de convertirse en una tiranía.
El Frente ha convocado a sus simpatizantes a marchar y bloquear los accesos a la Cámara de Diputados el 1 de octubre. No obstante, Belaunzarán subrayó que la movilización será pacífica y que ellos mismos se encargarán de cuidar a los manifestantes para evitar actos de violencia. “Nuestra lucha siempre será pacífica, de eso pueden estar seguros”, aseguró. Sin embargo, su discurso deja clara la preocupación por lo que consideran la instauración de una dictadura en el país.
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El contexto de estas manifestaciones está vinculado a la reciente aprobación en fast track de la reforma al Poder Judicial, lo que ha sido interpretado por sectores de la oposición como un indicio de que se buscan consolidar cambios que ponen en riesgo la independencia de las instituciones. Según Belaunzarán, este tipo de reformas pone en peligro acuerdos internacionales como el T-MEC, lo que, junto con la situación económica del país, podría desencadenar una crisis mayor.
Por su parte, Ricardo Monreal, coordinador de los diputados de Morena, expresó su esperanza de que el 1 de octubre prevalezca la “racionalidad” y que no se presenten mayores complicaciones para la toma de protesta de Sheinbaum.
Monreal ha sido una de las figuras clave en asegurar que haya condiciones para que tanto Sheinbaum como López Obrador puedan acudir a San Lázaro sin contratiempos, y evitar confrontaciones como las que marcaron la toma de protesta de Felipe Calderón en 2006.
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Tras el acto protocolario en el Palacio Legislativo, Sheinbaum se reunirá con líderes políticos nacionales e internacionales en Palacio Nacional, y por la tarde se espera que encabece un evento masivo en el Zócalo capitalino, siguiendo el estilo de López Obrador. Este acto ante el pueblo será simbólico, consolidando su llegada a la presidencia en un escenario que ha sido emblemático para el actual gobierno.
Belaunzarán concluyó que, aunque las protestas del Frente Cívico Nacional están previstas para el 1 de octubre, también están abiertos a coordinarse con otras organizaciones civiles que planteen alternativas de acción. “Estamos comprometidos con la unidad de la oposición, tanto social como partidaria”, afirmó, dejando abierta la posibilidad de modificar sus planes si surge una propuesta con mayor consenso.
El próximo 1 de octubre será, sin duda, una fecha relevante en la historia política del país, no sólo por el cambio de gobierno, sino por las tensiones entre las distintas fuerzas políticas que buscarán imponer su visión en un escenario de transición marcado por reformas y movilizaciones ciudadanas.