Los golpes al periodismo de gran calado están llegando desde muchos lugares y apuntan al corazón de ese informar con calidad, en un momento en el que el mundo urge saber para tomar decisiones en libertad. Así, el planeta completo vive una gran tragedia respecto a la calidad de la información que circula, no sólo por la cantidad, sino porque muchos intereses la manipulan, desde los políticos y económicos hasta los criminales, por ejemplo. Mientras estos poderes avanzan, los periodistas siguen siendo asesinados, amenazados, secuestrados y encarcelados.
El informe de Reporteros sin Fronteras (RSF) muestra que el año 2023 es uno de esos años en los que, afortunadamente, perdieron la vida menos informadores, y en el documento se plantean algunas razones de ello: que los periodistas han reforzado su propia seguridad, que las buenas legislaciones que otorgan mayor protección son relevantes y que los mecanismos de lucha contra la impunidad también lo son.
Y se reconoce algo más: la autocensura como una herramienta que ha disminuido los ataques.
En el caso mexicano, las noticias son desastrosas. Después del conflicto en Gaza, nuestro país sigue liderando en el número de periodistas asesinados, y ocupamos el primer lugar en cuanto a compañeros desaparecidos.
“84 periodistas desaparecidos: casi uno de cada tres es mexicano. México se mantiene como el país del mundo con más periodistas desaparecidos, ya que suma 31 desapariciones de un total de 84. Todas ellas sucedieron antes de 2023, con la excepción del reportero mexicano Juan Carlos Hinojosa Viveros, desaparecido el pasado 6 de julio.
En total, América Latina concentra más de la mitad de los periodistas desaparecidos en el mundo (43)”, se detalla en la presentación del informe dado a conocer en la segunda semana de diciembre.
Cuando Reporteros sin Fronteras se refiere a América Latina, insiste en algo que ha mencionado en varios informes anteriores: los agujeros negros se siguen extendiendo, y son aquellos lugares donde no se informa nada o muy poco.
Aunque “el número de periodistas asesinados ha caído significativamente, de 26 en 2022 a seis en 2023, los profesionales de la información siguen sin trabajar con seguridad, como demuestran los recientes secuestros y ataques armados acontecidos en México.
El récord de incidentes violentos registrado en 2022 en Latinoamérica está llevando a los periodistas a autocensurarse, lo que se traduce en la proliferación de agujeros negros informativos en la región, donde el crimen organizado y la corrupción encabezan la lista de temas por los que los periodistas se juegan la vida”, sostiene RSF.
Dentro del informe, los detalles son igualmente trágicos: “En México, por ejemplo, se han registrado cuatro asesinatos en 2023, es decir, menos de la mitad de los contabilizados el año pasado (11). Sin embargo, este dato no implica que los periodistas trabajen con mayor seguridad en el país, como lo demuestran los tres secuestros de reporteros y los ataques armados contra cuatro periodistas acontecidos a finales de 2023. Teniendo en cuenta el récord de violencia registrado en 2022, son varios los periodistas que calculan de forma más sistemática los riesgos a los que se exponen, lo que supone un aumento de la autocensura y la proliferación, en la región, de agujeros negros informativos”.
El informe aún no ha sumado, pero en algún momento podrá documentar cuánto ha sido el daño a la prensa libre por la crisis económica, y por otro lado, el daño causado por la presión criminal y/o política. A partir de ello, las empresas periodísticas han optado por no confrontarse y disminuir la calidad en su información.
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