Que se vayan todos…

21 de Mayo de 2024

María Idalia Gómez
María Idalia Gómez

Que se vayan todos…

maria idalia gomez

Desde México, lo sucedido en la segunda vuelta electoral de Argentina y la victoria de la derecha representada por Javier Milei pueden parecer distantes, al igual que las razones detrás de ese triunfo y los posibles futuros para el país del Cono Sur. Más allá de las divergencias o convergencias ideológicas, y a pesar de los ocho mil kilómetros que separan el territorio mexicano y argentino, el éxito del neoliberalismo abre un nuevo capítulo en la seguridad y geoestrategia continental, especialmente en un mundo inmerso en conflictos.

El mismo domingo en que se declaró presidente electo, Milei reiteró algo que ya había mencionado a lo largo de su campaña: su intención de mantener relaciones con “los países libres del mundo”. Esto implica, según sus declaraciones previas, excluir de la ecuación de amistad a China, Rusia e Irán, e incluso a Brasil, a pesar de haber invitado a Jair Bolsonaro a su toma de posesión.

Horas después de la victoria en Argentina, el portavoz del gobierno ruso, Dmitry Peskov, felicitó a Milei pero expresó que esperarían a que se aclaren diversas cuestiones sobre los vínculos bilaterales.

Desde el Kremlin, señaló que habían tomado nota de las declaraciones del señor Milei durante la campaña y que se centrarían en juzgarlo, principalmente, por sus declaraciones después de la toma de posesión.

China, también al felicitar al líder de la coalición de la Libertad Avanza, expresó su disposición a trabajar con Argentina para fortalecer su amistad y promover un desarrollo mutuo y estable en las relaciones China-Argentina.

Ambos países están a la expectativa debido a las posturas de Milei durante su camino hacia la Presidencia, donde rechazó a los “comunistas”, cortaría relaciones con ellos, lo que incluye a los chinos; respaldó a Ucrania en la guerra, a Israel en su invasión a Gaza y se alineó claramente con los intereses estadounidenses.

A pesar de ello, tanto Rusia como China tienen influencia significativa en la economía argentina, con apoyo en la industria militar, aeronáutica, espacial y de producción agroalimentaria, entre otros sectores, especialmente el país asiático.

Sin embargo, hay un componente adicional: China, en sus planes geoestratégicos, considera al continente como un punto clave contra Estados Unidos. Argentina, al igual que Brasil, se había acercado mucho a los asiáticos, participando en la llamada “Nueva ruta de la seda”, recibiendo préstamos económicos y apoyo para ingresar a los BRICS en 2024. Además, existen planes para construir una base naval china en territorio argentino, donde ya tienen una estación espacial.

Considerando que Argentina se convierte en el tercer país, después de Ecuador y Paraguay, en el que los electores en Latinoamérica dan un giro a la derecha, y observando otros indicios del avance de la extrema derecha en la región, como el revés a Gabriel Boric en Chile y a Gustavo Petro en Colombia, se revela un panorama político complejo.

En el caso de las elecciones en Guatemala, también recientes, el ganador no fue la izquierda con Bernardo Arévalo, sino el centro. Sin embargo, en este país, la derecha muestra claramente lo que está dispuesta a hacer si no triunfa en las votaciones.

Para 2024 habrá elecciones en Estados Unidos, Uruguay, El Salvador, Panamá, Venezuela, República Dominicana y, por supuesto, México. ¿Cuáles serán los factores que motivarán a la población a votar? ¿El hastío, el hartazgo, el miedo, el enojo o la revancha? Estas emociones, presentes en las elecciones de este año en las Américas, donde resuena la frase “váyanse todos”, podrían seguir desempeñando un papel fundamental.

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