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Estados Unidos encendió las alertas y le advirtió al vuelo procedente de la Ciudad de México que no podría transitar por su espacio aéreo, al que le faltaban muy pocas millas por alcanzar. La razón: dos pasajeros representaban un riesgo para su seguridad nacional.
Ocurrió el lunes 10 de febrero y se trató de un procedimiento de seguridad aplicado por tercera vez en los últimos 30 años en vuelos entre México y Estados Unidos. La aerolínea, que ni siquiera haría escala en territorio estadounidense —sólo utilizaba la ruta para llegar a España—, debió aplicar los protocolos más rigurosos de seguridad, porque podría tener a bordo a dos terroristas.
Aunque todos los pasajeros antes de abordar habían sido aprobados por el Sistema Electrónico de Autorización de Viaje de la Agencia de Seguridad del Transporte de Estados Unidos (TSA), que coteja los datos de cada pasaporte con la Base de datos de detección de terroristas y, por tanto, se declaró un vuelo seguro, los protocolos establecen que la revisión se mantiene hasta que el vuelo concluye.
Cuando recibieron la negativa de las autoridades aeronáuticas estadounidenses, los pilotos solicitaron autorización a las mexicanas para retornar, y coordinaron la logística de llegada. Mientras tanto, al centenar de pasajeros que transportaban les dijeron que existía una falla técnica que no era de peligro, pero debían atender por seguridad.
El vuelo era de la empresa Emirates y aterrizó en la capital mexicana unas tres horas después de haber despegado. Los distintos testimonios recabados por ejecentral y que permitieron reconstruir lo ocurrido, detallan que el arribo de la aeronave se hizo en una zona alejada a la de pasajeros, a donde llegaron los transportes terrestres y en unos minutos la aeronave fue desalojada.
Pocos fueron los pasajeros que se dieron cuenta que dos hombres jóvenes fueron apartados por las autoridades migratorias, pero quienes sí lo detectaron confirmaron a este periódico el hecho.
Sus nombres son Masood Afzal “N” y Miguel “N”, quienes fueron llevados a las instalaciones migratorias mexicanas. A ambos les explicaron que debían verificar sus documentos. Hasta ese lugar llegaron autoridades estadounidenses para verificar personalmente el caso, el cual se ha mantenido en total sigilo. Ambos pasajeros, al cierre de esta edición, continuaban bajo retención. RB