Edmond Jacob Safra fue un banquero internacional de las más influyentes de su tiempo nacido en la ciudad de Beirut, Líbano en 1932, famoso por crear uno de los imperios financieros privados más importantes del siglo pasado, además de ser un gran filántropo con una intensa labor humanitaria.
Nacido en el seno de una familia dedicada a la banca. Siendo joven se formo en comercio internacional y finanzas, cuando apenas tenia 24 años fundo en Brasil su propio banco, que fue el origen de lo que posteriormente se llamaría Republic National Bank of New York, institución que logro expandirse por gran parte del mundo, incluida Europa, América Latina y Medio Oriente, que se distinguía por una filosofía conservadora, es decir, alta liquides, bajo riesgo y una gran confianza en el cliente.
Pero más allá de las finanzas, Safra era un filántropo de gran escala. A través de la fundación con su nombre apoyó grandes proyectos, principalmente en ayuda humanitaria, educación, salud y cultura, con atención especial a comunidades judías, aunque también apoyo causas globales, y así universidades, hospitales y centros de investigación recibieron sus donativos.
En diciembre de 1999 Edmond J. Safra y la enfermera Vivian Torrente murieron asfixiados por el humo durante un incendio provocado en su residencia de Mónaco. Ese día, el mismo Safra se sintió tan seguro que impidió que su equipo de guardaespaldas pasara la noche en su residencia. El enfermero Ted Maher, un ex boina verde, fue arrestado bajo sospecha de provocar el incendio buscando llamar la atención a través de un rescate audaz, fue declarado culpable y condenado a 10 años de prisión. Su muerte estuvo rodeada de polémica y teorías que se contradecían.
Safra dejó el 50% de sus bienes a varias organizaciones benéficas.
Netflix estrenó recientemente el documental Asesinato en Mónaco, que nos cuenta uno de los episodios más turbios de la alta sociedad financiera del mundo, la trágica y polémica muerte del banquero Edmond Safra y su enfermera en 1999. El trabajo dirigido por Hodges Usry, más que mostrarnos una crónica criminal de altos alcances, es una radiografía de como funcionan las leyes cuando hay poder y dinero, al mismo tiempo que conocemos como las grandes fortunas están rodeadas de una opacidad pasmosa.
A partir de testimonios, documentos que formaron parte de la investigación y reconstrucciones nos cuentan las contradicciones que más que cerrar el caso, nos hacen sospechar que el poder y el dinero prevalecen ante la verdad. La versión oficial, que apunto a Ted Maher, esta llena de errores, huecos e inconsistencias, que la hacen insuficiente.
El tono que maneja el relato evita el sensacionalismo, permitiendo que todo caiga en los hechos, con una narrativa casi clínica, nos muestran que Mónaco no solamente se trata del glamur y la opulencia, sino que funciona como un símbolo de que la justicia se puede mover en la misma dirección en la que lo hace el dinero. Una de las virtudes más grandes del documental es como permite que el espectador se haga las preguntas incomodas para intentar acomodar los puntos.
Aunque es importante mencionar que Asesinato en Mónaco se muestra más interesado por todos los asuntos legales que tienen que ver con el caso que por la misma muerte de Safra, eso sin mencionar que la otra víctima del crimen, la enfermera Vivian Torrente, quien tal vez por solamente ser una enfermera, apenas y se menciona en el relato, pero no olvidemos que ella también perdió la vida.
A pesar de lo anterior, Asesinato en Mónaco, cumple con su objetivo, abrir aún más las interrogantes que nunca han sido contestadas, como si detrás de lo sucedido con Safra estaba la mafia rusa, o la misma esposa del millonario, dejando como enseñanza que algunos crímenes nunca serán resueltos.
Asesinato en Mónaco Está disponible en Netflix.
