La semana pasada hablamos aquí del triunfo inesperado de Zohran Mamdani como alcalde electo de Nueva York. Hoy traemos la reacción que más eco ha tenido fuera de EE.UU.: la del vicealcalde de Tel Aviv, Asaf Zamir, ex Cónsul General de Israel en Nueva York (2021-2023).
En una entrevista concedida en Tel Aviv a periodistas de América Latina y el Caribe, organizada por Fuente Latina, en la que estuve presente, Zamir fue tajante:
«Creo que es antisemita. Representa una parte de la política estadounidense que tiene un antisemitismo extremo debajo de ella. Conozco a los judíos estadounidenses; para la gran mayoría, Israel es su hogar eterno. Negar esa conexión espiritual hiere su identidad más profunda. Si no aceptas la identidad de la mayoría de tu población judía, eso es antisemitismo».
Zamir recordó que Nueva York alberga la mayor comunidad judía fuera de Israel y advirtió que «la mayoría de estos judíos teme esta realidad». A su juicio, calificar a Israel de “genocida” o “apartheid” sin apertura al diálogo alimenta un antisemitismo que termina en grafitis en sinagogas y judíos que ocultan la kippá en el subway.
«No es solo desacuerdo político —insistió—; son puntos de vista peligrosos». Y cerró con un deseo: que Mamdani «se abra a aprender y cambie», porque el camino actual pone en riesgo la seguridad de los judíos neoyorquinos.
Mientras tanto, el equipo de transición de Mamdani enfrenta su primera polémica. Hassaan Chaudhary, designado director de outreach a la comunidad musulmana, ha pedido disculpas públicas por tuits de 2012 en los que llamó a Israel “nación bárbara” y “país sangriento”, usó una expresión antisemita en urdu y apoyó al ex presidente iraní Ahmadinejad. Chaudhary declaró al New York Post: “Me disculpo profundamente; esos comentarios de hace más de una década no reflejan quién soy hoy”. Un portavoz del alcalde electo respondió que esos mensajes “son reprensibles” y no representan ni a Mamdani ni a la transición.
Desde Tel Aviv, donde esta semana volvieron a sonar las sirenas por cohetes del norte y del sur, y donde aún hay rehenes en manos de Hamás tras el 7 de octubre de 2023, las palabras de Zamir adquieren una gravedad particular.
Criticar al gobierno de Israel es legítimo y lo hacen hasta muchos israelíes y judíos. Lo que no es legítimo es odiar, sumar al caos o poner en peligro a personas por su religión. El gran desafío de Mamdani será demostrar, con hechos y no solo palabras, que sabe separar una cosa de la otra y que en su Nueva York no habrá lugar para el antisemitismo y otros males.