Este fin de semana, Ecuador realizó una votación de referéndum y consulta popular que incluía cuatro preguntas que pretendían realizar cambios de forma y fondo en la vida política del país. Las propuestas, impulsadas por el presidente Daniel Noboa y vinculadas a su plataforma electoral –con la que ganó en abril de este año con el 56% de los votos frente al 44% de Luisa González, representante del correísmo– parecían tener un respaldo inicial sólido. Sin embargo, el resultado fue diametralmente opuesto: el pueblo ecuatoriano le dijo cuatro veces no a los cambios propuestos.
¿Qué buscaba lograr el Presidente de Ecuador? De acuerdo con la BBC, Noboa esperaba levantar el veto a la instalación de bases militares extranjeras en territorio ecuatoriano, convocar a una Asamblea Constituyente para dotar de una nueva carta magna al país, reducir el número de asambleístas y la supresión de la financiación estatal a los partidos políticos.
¿Cuál fue el resultado? De acuerdo con el Consejo Nacional Electoral (CNE), y con más del 93% de actas validadas en cada caso, el no ganó en todos los planteamientos: Autorizar bases militares extranjeras: con 39,474 actas validadas, el no obtuvo 6,056,718 votos (60.69%) frente al 39.31% del sí. Cancelar la financiación estatal a partidos: con 39,528 actas, triunfó el no con 5,797,429 votos (58.13%), contra 4,176,465 del sí (41.87%). Reducción y cambio en criterios de elección de asambleístas: con 39,536 actas validadas, el no sumó 5,329,929 votos (53.49%), frente al 46.51% del sí. Por último, la convocatoria a Asamblea Constituyente para elaborar una nueva Constitución: con 39,334 actas, el no alcanzó 5,966,091 votos (61.66%), mientras que el sí registró 3,709,297 votos (38.34%).
¿Qué representa esto para Ecuador? En un país donde la balanza política suele oscilar entre dos grandes fuerzas —el correísmo, dominante en la izquierda desde 2007, y la derecha representada coyunturalmente por figuras como Guillermo Lasso en 2021 o ahora Daniel Noboa— este resultado abre una ventana estratégica para el correísmo. A menos de un año de haberse realizado la elección presidencial, el revés en las urnas puede interpretarse como pérdida de soporte popular para el oficialismo y, potencialmente, como un signo de ingobernabilidad, narrativa que la oposición podría buscar explotar.
También puede significar que el correísmo ha logrado reorganizarse en lo territorial, movilizando a su base con eficacia en un momento clave. La pregunta ahora es si este hito bastará para inclinar la balanza del poder político en Ecuador y puede mantenerse en el tiempo hacia 2029 o si el noboísmo logrará recuperarse.¿Cambiará este hito la balanza de poder político en Ecuador? Al tiempo lo sabremos.