El matrimonio civil no es religioso

10 de Diciembre de 2025

Oscar Moha
Oscar Moha

El matrimonio civil no es religioso

Oscar Moha

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Finalmente, la semana pasada el Congreso del estado de Guanajuato aprobó reformas en su Código Civil para reconocer el matrimonio igualitario donde expresa que “es la unión libre de dos personas que tiene como objeto realizar una comunidad de vida, en la que los cónyuges se procuran respeto, igualdad y ayuda mutua”, sin importar el sexo o género de los contrayentes.

La diputada local morenista María Eugenia García Oliveros comentó que un sector de la sociedad (integrantes de la comunidad LGBT) ha vivido bajo la sombra de la humillación, sus derechos han sido ignorados, tienen la dignidad ofendida, la identidad negada y su libertad reprimida, por lo que se votó para que las parejas, sin importar su sexo, puedan ser felices con una pareja y cuenten con los beneficios que la ley les otorga a los matrimonios.

Para sectores fundamentalistas esta figura civil (que no moral, espiritual o religiosa) debilita la “institución matrimonial” que, según varias iglesias es un “sacramento”, pero sólo cuando está conformado por hombre y mujer. Fue desde el 2015 cuando la Suprema Corte instruyó a todos los congresos del país para que modificaran sus leyes locales y contemplaran la legalidad de las uniones entre parejas del mismo sexo. Guanajuato tardó una década en adecuar la suya, mientras que Chihuahua y Aguascalientes faltan de hacer lo propio.

Desde 1989 en Dinamarca se comenzaron a autorizar las uniones civiles de parejas del mismo sexo con algunas restricciones legales, pero fue Países Bajos en autorizar la legalidad de dichas uniones desde 2001. Hoy, la Unión Europea reconoce y respeta -en los 27 países que la integran- el matrimonio de parejas homosexuales, aunque naciones como Bulgaria, Letonia y Rumania donde no está reconocido el matrimonio igualitario, deben respetar y otorgarles todos sus derechos.

Según algunas encuestas internacionales, Estados Unidos, Israel y Filipinas son los países con más altos índices de personas que integran la comunidad LGBT (al menos un 11%). En el caso de los dos primeros gran parte de su población se dice practicante de una religión. En el caso de México, sólo un 5% de sus habitantes aceptaron no ser heterosexuales. Colima, Yucatán y Guerrero son las entidades con mayor porcentaje de homosexuales, según datos del INEGI.

Por desgracia, en México todavía existen crímenes de odio por motivos sexuales. La homofobia está presente en comunidades de fe que predican el amor al prójimo. Homosexuales, transexuales y lesbianas siguen sin salir del closet por temor a ser agredidos, o discriminados en el mejor de los casos. La igualdad avanza lentamente y sus derechos todavía siguen siendo cuestionados por servidores públicos, legisladores, médicos, medios informativos, familiares y ministros de culto que se suponen son ejemplo de empatía, comprensión, perdón y bondad.

PALABRA DE HONOR: En todas partes del mundo los evangélicos son agredidos por causa de su fe: según el Observatorio de Intolerancia y Discriminación contra Cristianos en Europa (OIDAC, por sus siglas en inglés) logró documentar 2211 delitos de odio y hostilidad social contra cristianos, así como restricciones legales que afectan la libertad de culto entre 2024 y 2025, la mayoría cometidos en Francia, Reino Unidos, Alemania, España y Austria. En nuestro país los casos de San Juan Lalana, en Oaxaca, y el de Huejutla -en Hidalgo- están latentes sin que las autoridades cumplan su cometido.