*Con cariño y agradecimiento a Clara Machado.
En 1867 el Sueco Alfred Nobel, inventó la dinamita, que sustituyó a otro explosivo, la nitroglicerina, que por su manejo tan delicado, dejó paso a este invento, que era mucho más seguro para trabajos en minas y objetivos bélicos.Nobel por su invento, acumuló una gran fortuna. Buena parte de los beneficios de su riqueza se dieron por su uso bélico. Nobel nunca quizo que se utilizara para esos fines, y eso lo llevó a crear una fundación, que reconociera las aportaciones más importantes de personas e instituciones, en campos sustantivos de la vida de las sociedades.
El premio Nobel se ha convertido en el tiempo, en el mayor reconocimiento del mundo. No existe nada que se le parezca. Entre los 7 campos que se premian, se encuentran dos, que son Particularmente mediáticos. El premio Nobel de La Paz , y el de Literatura. Y esto tiene su lógica . El ciudadano de a pie reconoce a actores políticos o sociales, y a escritores, de forma más fácil que a científicos, o economistas.
En lo personal, he tenido la suerte de conocer a algunas y algunos galardonados. El primero fue Don Alfonso García Robles, el primer Premio Nobel mexicano. Con motivo de una cumbre de Presidentes en Ixtapa Zihuatanejo, cenaba con el gran Pedro Ferriz Santa Cruz, cuando para sorpresa de quienes nos encontrábamos ahí, se apareció Gabriel García Márquez, que daría el discurso ( extraordinario por cierto) al cierre de la cumbre. Cenó con nosotros. Yo solo escuchando. Al final, en una hoja de mi guion de la transmisión que haría al día siguiente con motivo de la inauguración de la cumbre, me regaló un autógrafo con una dedicaría maravillosa. En uno de mis noticiarios radiofónicos en IMER, llegó Rigoberta Menchú a una entrevista. Mujer sencilla , menuda, con una mirada penetrante. Mitad ternura, mitad compromiso. Recuerdo que me firmó una dedicatoria, en la que o se equivocó, o se retractó. Tachoneo lo ya escrito y modificó la idea original. Así fue ese encuentro, se despidió con su permanente sonrisa y sus ropas tradicionales de su tierra.
A la caída del bloque comunista de Europa del Este, y él desmoronamiento de la extinta Unión Soviética, el destino político y geográfico del ex líder de la URSS, era complicado. Sin embargo , Mijail Gorbachov, terminó con un enorme prestigio internacional . Prestigio y aprecio, que no tuvo al interior de su nación. Con motivo del otorgamiento del grado de Doctor Honoris Causa. Que le entregó una importante universidad del país, GORBY como le llamaban afectuosamente, visitó México. Tuve el privilegio de ser invitado a esa ceremonia. A este hombre le tenía una particular admiración, no solo permitió la caída del Muro de Berlín, permitió también, la liberación de una Europa del Este que formó parte de la estructura política y militar de la Unión Soviética. Con su Glasnot y Perestroika, conceptos relacionados con apertura y transparencia, el líder nacido en Privólnoye en 1931, fue reconocido por sus políticas, con el Nobel de La Paz en 1990. Con esos blasones me parecía imperdibles asistir a conocerle. Después de la ceremonia de investidura del Doctorado, el recientemente togado caminó por un pasillo que había formado la comunidad estudiantil. Cerca de llegar a donde me encontraban, pensé en la trascendencia del hombre que caminaba hacia donde me encontraba: El hombre del siglo, según la revista Time, el líder que terminó con la Guerra Fría, y el comunismo en su país ¡¿Me iba a conformar con verlo pasar?! Un poco sin pensarlo, y a riesgo de ser - lo menos - impertinente, cuando se encontraba a un metro de distancia, me salí del pasillo humano, y me paré frente a él.