El Renacimiento de la Salud de Yucatán

24 de Junio de 2025

Víctor J. López
Víctor J. López
Abogado internacional mexicano, socio fundador de Sánchez-Labrador & López Martínez S.C. (SLLM) y actualmente Representante del Gobierno del Estado de Yucatán en la Ciudad de México. La firma es reconocida en América Latina por su enfoque en innovación, inversión extranjera y emprendimiento. Con una amplia trayectoria en el sector público y privado,Es miembro de la Barra Internacional de Abogados, miembro de la junta directiva de la Asociación de Abogados México-Estados Unidos y del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales.

El Renacimiento de la Salud de Yucatán

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El sureste mexicano vive una transformación histórica y profunda. En la era del Renacimiento Maya, la infraestructura se traduce en justicia territorial y en herramientas reales para igualar oportunidades entre regiones históricamente relegadas. La visita de la presidenta Claudia Sheinbaum a Yucatán este fin de semana, acompañada del gobernador Joaquín Díaz Mena, es testimonio de ello. El objetivo de su visita, se trató de la supervisión del que será el hospital más grande y moderno de la península, un símbolo de lo que significa tomar en serio la salud pública como condición indispensable para el desarrollo.

El nuevo Hospital General Agustín O’Horán no es simplemente una obra hospitalaria; es una afirmación política y ética. Con una inversión superior a los 4,700 millones de pesos, su escala –300 camas, 16 quirófanos, más de 80 consultorios y tecnología de última generación– no busca el aplauso fácil del megaproyecto, sino atender de forma digna a más de dos millones de personas que durante décadas vivieron con la incertidumbre de si habría médico, insumos o traslado disponible cuando más lo necesitaran.

En su mensaje, el gobernador Joaquín Díaz Mena fue claro: “Queremos un Yucatán donde haya más camas de hospital que enfermos”. Esa frase, que años atrás sonaba a utopía, hoy encuentra sustento en la planeación territorial y en una alianza institucional inédita entre la federación y el gobierno estatal. Pero lo que marca la diferencia no es solo la inversión, sino el enfoque integral. Salud, educación e infraestructura ya no caminan por carriles separados; son piezas de un mismo rompecabezas que busca reconstruir el tejido social y productivo de la región.

Esta lógica no nace de la teoría: se construye desde el territorio. Por eso es relevante que sea precisamente en el sur de Mérida, en una zona que por generaciones quedó al margen del desarrollo, donde se levante este hospital. Porque ahí se visibiliza el principio de justicia espacial, de poner primero a quienes siempre han sido los últimos.

La presidenta Sheinbaum destacó que Yucatán será el estado número 24 en integrarse al modelo IMSS-Bienestar, y lo hizo con hechos: ingenieros militares están por finalizar la obra, y el plan operativo incluye no solo atención especializada, sino una red preventiva, brigadas comunitarias y atención por turnos en centros de salud. Se rompe así el paradigma de un sistema fragmentado y centralizado. Se construye, en cambio, un ecosistema de salud territorial, coherente con los principios del Renacimiento Maya.

Pero ninguna infraestructura tendría sentido sin el alma que la habita: sus profesionales. Por eso es justo y necesario reconocer el legado de generaciones de médicas y médicos yucatecos, que desde el antiguo O’Horán han sido el rostro humano de la salud pública en el estado. Ellas y ellos, muchas veces trabajando en condiciones adversas, sostuvieron con vocación y dignidad lo que el Estado no había logrado garantizar como derecho. Este nuevo hospital es también un homenaje a su perseverancia y una promesa renovada: que la medicina del pueblo tenga el respaldo institucional que siempre mereció.

La salud es la infraestructura invisible del desarrollo. Sin ella, ni los puertos, ni los trenes, ni la industria pueden cumplir su función de elevar el bienestar colectivo. Por eso este proyecto, más allá de lo clínico, tiene una dimensión política y estructural. Es, en palabras del propio gobernador Joaquín Díaz Mena, una muestra contundente de que el cambio llegó a Yucatán no como discurso, sino como política pública transformadora.

Sanar a un pueblo es el primer paso para que pueda prosperar. Y en Yucatán, la salud ya no sera un privilegio; se está convirtiendo, por fin, en un derecho garantizado en todo el territorio.

El Renacimiento Maya, la visión del Gobernador Joaquín Díaz Mena, compartida por el Pueblo de Yucatán, avanza.