La semana pasada, acudí al Congreso número 69 de la Unión Internacional de Abogados, llevada a cabo en la Ciudad de Guadalajara. En él, confluyeron cientos de abogadas y abogados de todo el mundo para comentar aspectos de interés general para el gremio. En mi calidad de Presidente de la Asociación Nacional de Abogados de Empresa, Colegio de Abogados, fui invitado a expresar un mensaje en la ceremonia inaugural. Aquí les dejo mi discurso, con la esperanza de continuar generando consciencia sobre la importancia de proteger a la profesión frente a embates normativos y agresiones de todo tipo:
1. Buenas noches.2. Es para mi un honor poder dirigirles unas palabras en esta Ceremonia Inaugural del Congreso número 69 de la Unión Internacional de Abogados. 3. Particularmente en un contexto caracterizado por el debilitamiento del Estado de Derecho y la consecuente desprotección de abogadas y abogados. 4. En última instancia, por la creciente violencia en contra de la abogacía.
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5. Como abogacía, tenemos un gran reto frente a nosotros, que es, generar consciencia acerca de las implicaciones sociales de un contexto como éste. 6. Y eso es precisamente lo que trataré de hacer en los minutos que tengo.
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7. Las abogadas y abogados no somos meros prestadores de servicios que compiten unos con otros para ganar clientes y asuntos. 8. En realidad, desempeñamos funciones primordiales en una sociedad civilizada.
9. Con nuestra intervención, ayudamos a que se conozcan las leyes y contribuimos a que la conducta de los gobernados sea congruente con ellas. 10. Esto, no solo reduce los riesgos de sanción para los clientes, sino que propicia el respeto a los intereses de la colectividad y a derechos de tercero.
11. De igual forma, al digerir los casos y presentarlos frente a un tribunal, contribuimos a que se resuelva a partir de hechos ciertos y precisos, y a que se consideren alternativas de interpretación —probatoria y normativa— que muchas veces redundan en beneficio general.12. Esto propicia mejores sentencias y mayor confianza en jueces, reduciendo incentivos para hacer justicia por propia mano.
13. Por ello, cada vez que se ataca el ejercicio de la profesión, se lacera el mecanismo que hemos tardado años y años en construir para no vivir a merced de la arbitrariedad del más fuerte.
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14. Los ataques a la profesión no sólo son los materiales, sino muchas veces provienen de cambios normativos. 15. Un ejemplo reciente de afectaciones normativas lo encontramos en la reforma a la Ley Federal de Competencia Económica publicada en julio pasado.
16. Esta reforma adicionó un artículo 77 bis, en el que se refiere que no se considerarán protegidas por el privilegio legal las comunicaciones que, abogadas y abogados, sostengan con las empresas investigadas por la autoridad antimonopolio, cuando entre ellos exista una relación laboral. 17. En otras palabras, a partir de esta reforma, en México, la inviolabilidad de las comunicaciones abogado cliente no es un derecho aplicable a los abogados internos de empresa.
18. El efecto de la ley es doble. 19. Primero: permite que la autoridad sustraiga, conozca y utilice comunicaciones intercambiadas entre el equipo de abogados internos y los empleados, consejeros y accionistas de la empresa, incluso si en ellas se busca y se proporciona asesoría legal. 20. Nótese que hablamos de asesoría legal… en cualquier materia.
21. Segundo: como consecuencia, la disposición legal genera, desde su entrada en vigor, un efecto amedrentador en la búsqueda y obtención de asesoría legal al interior de las empresas, ante el temor de que esas comunicaciones sean, a la postre, intervenidas y utilizadas como evidencia de cargo en contra del gobernado. 22. Esto, por supuesto, afecta irremediablemente uno de los presupuestos lógicos del libre y desinhibido ejercicio de la abogacía, esto es, la comunicación clara y franca que solo una comunicación inviolable puede habilitar. 23. Y, en última instancia, restricciones normativas como ésta obstaculizan la consolidación de la cultura de la legalidad no solo al interior de las empresas, sino en sus relaciones con proveedores, clientes, competidores y público en general.
24. Así pues, el efecto sistémico de restricciones como ésta es evidente: todos perdemos.
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25. Y para terminar, quisiera hacer referencia al fenómeno creciente de violencia en contra de los abogados en México. 26. Y a lo delicado y estructural que es el asesinato de colegas. 27. Porque cada vez que muere violentamente uno de nosotros, se lesiona gravemente la aspiración que, como sociedad, debiésemos tener a resolver nuestros conflictos sin autotutela.
28. Específicamente, quisiera dejar la idea de que los crímenes en contra de abogados no dejan de ser graves debido a la causa o los clientes que en concreto se defiendan. 29. Entre otras razones, porque, en el ejercicio de nuestra profesión, los abogados tenemos derecho a no ser identificados con nuestros clientes ni con las causas de nuestros clientes. 30. Así lo prevén los Principios Básicos sobre la Función de los Abogados, suscritos en el marco de las Naciones Unidas.
31. Sin esta protección, se haría imposible el derecho a la defensa, pues los defensores estaríamos expuestos no solo a procesos análogos a los de nuestros clientes, sino también a ataques, amenazas, interferencias y violencia. 32. Y, al comprometerse el derecho a la defensa, se compromete también la presunción de inocencia y, en última instancia, el vivir en un Estado donde no impere la arbitrariedad.
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33. En definitiva, señoras y señores: 34. Sigamos haciendo consciencia en cada oportunidad. 35. En cada foro, en cada artículo, en cada mesa de conversación. 36. La protección del gremio depende de cada uno de nosotros. 37. Muchas gracias.