En México, el tráfico ilegal de animales, autopartes, piratería y drogas sintéticas, no solo son una deleznable actividad clandestina, sino el reflejo de un engranaje criminal que conecta a cárteles mexicanos con redes chinas desde hace varios años en el país.
En el Centro Histórico de la Ciudad de México, mafias chinas operan a plena luz del día, traficando mercancía ilegal como ropa pirata, productos de contrabando, especies protegidas y drogas sintéticas que se comercializan como productos ordinarios, y bajo total opacidad. Investigaciones y decomisos oficiales muestran que cárteles mexicanos como el CJNG y el Cártel de sinaloa, participan en estas cadenas, aportando control territorial, logística y violencia, mientras redes transnacionales con destino a Asia capitalizan la demanda, así es que China mueve dinero del narcotráfico en México.
Redes de comercio mayorista de origen asiático se han expandido a escala industrial en la zona centro de la capital: hay cerca de 4 mil establecimientos y bodegas en la zona, muchos de ellos operando ilegalmente, según alertas del sector comercial.
Mis fuentes mencionan la existencia ilegal de complejos de hasta 15 pisos, con cerca de 50 tiendas por piso, más sus “bodegones ilegales traseceros” para lavado de dinero, entre ellos Plaza Izazaga 38, 89 y 151, Plaza Peña y Peña, Honey Wale, Plaza Meave, Plaza China Izazaga, solo por mencionar algunos ilegales corredores, en que hasta el propio gobierno ha colocado sellos de suspensión.
Otros puntos de alerta son zonas como: Av. Eje Central en República de Uruguay (corredor comercial), República de El Salvador (zona de bodegas y mayoreo) y República de Bolivia y Argentina (plazas de importación y menudeo).
La mafia china no solo es comercio informal: es crimen organizado transnacional incrustado en el corazón del país, piratería, contrabando, tráfico de especies, pornografía infantil, explotación sexual, drogas sintéticas y lavando dinero desplazando negocios legales y burlándose del Estado, mientras, la autoridad parece mirar a otro lado, que no es precisamente la frontera y las aduanas por donde estos precursores entran y la fauna mexicanos es robada.
No podemos hablar de mafia china, sin hablar del tráfico ilegal de fauna en México que ya es una alerta roja: FGR y PROFEPA han confirmado decomisos de más de 2,300 tortugas y toneladas de aletas de tiburón y buches de totoaba ligados al comercio ilegal asiático.
En el Alto Golfo de California se han retirado kilómetros de redes de pesca clandestinas y documentado decenas de totoabas muertas, pues un solo buche puede valer miles de dólares en Asia, alimentando así rutas transnacionales ilegales. Hoy la biodiversidad mexicana se trafica como mercancía y la extinción avanza más rápido que la respuesta del Estado.
La demanda en China por estas especies convierte a la CDMX en un punto neurálgico donde los cárteles encuentran otra vía para lucrar. Y mientras en el papel se anuncian operativos y leyes, en la práctica el mercado negro se sigue fortaleciendo y expandiendo.
Frenar a los cárteles mexicanos y a las mafias chinas incrustadas en el Centro Histórico no es solo un reto de seguridad: es recuperar territorio, autoridad y ley en un país donde el crimen ya aprendió a gobernar a plena luz del día.
APUNTE FINAL:
Hace unos días, la Comisión de Economía de la Cámara de Diputados discutió elevar aranceles del 10 hasta el 50 %a 1,463 productos provenientes de China y de países sin tratado comercial con México, que van desde autopartes, juguetes y textiles, hasta electrodomésticos.
La medida busca recaudar 51 mil 910 millones de dólares, pero el riesgo es evidente: encarecer la importación legal sin fortalecer la fiscalización puede disparar aún más el mercado negro asiático que ya opera en el país. Sin controles aduaneros reales y combate al contrabando, el impuesto no castiga al ilegal: lo premia.
KAREN TORRES AGUILAR
@KARENTORRES.MX
PERIODISTA & MKT SPECIALIST