Estrategia contra el crimen organizado, ya vamos tarde

8 de Octubre de 2024

Omar Hurtado
Omar Hurtado

Estrategia contra el crimen organizado, ya vamos tarde

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Hoy martes finaliza un periodo presidencial y empieza otro a cargo de la nueva presidente Claudia Sheinbaum. No cabe duda alguna que entre los grandes retos que tendrá que afrontar la nueva presidente y los mexicanos, será el concerniente a la seguridad, ante una fallida estrategia, afirman especialistas, complaciente y de complicidades que ha alcanzado a los más altos niveles políticos, económicos y de seguridad.

Hoy el crimen organizado no sólo constituye un problema de seguridad pública, sino también de seguridad nacional por su carácter transnacional, que traspasa fronteras y alcanza continentes, hacia el cual no percibo una pronta solución en el corto o mediano plazos. Diversas instituciones públicas se encuentran rebasadas, penetradas y erosionadas por los criminales.

Especialistas afirman que en el 80 por ciento del territorio nacional tendría presencia del crimen organizado, mismo que se ha diversificado hacia el tráfico de drogas, armas y migrantes, extorsión, robo de combustibles y lavado de dinero, por mencionar sólo algunos parámetros de estos grupos violentos, bien armados y con incalculables recursos financieros.

La violencia que propician ha derivado en la expulsión y desplazamiento forzado de poblaciones donde operan. El sexenio concluye con alrededor de 200 mil muertes violentas, en un marco de una irresponsable y ficticia estrategia de “abrazos y no balazos”, cargada intencionalmente de vacío y palabras.

La opacidad y la imprudencia ha sido el signo del sexenio que termina. Si bien la nueva presidente siempre ha sido cauta y tibia en el tema en función de un interés político e ideológico y a efecto de no causar escozor en su mentor y no contradecirlo, se esperaría que diera un total y efectivo giro estratégico para combatir este flagelo.

Es obvio que cualquier nueva estrategia que se llegase a plantear, requerirá de la coordinación y cooperación internacional y regional. Como vecino hacia el norte México tiene al mayor consumidor de drogas y productor de armas y hacia el sur un permanente trasiego de estupefaciente, migración y producción de drogas. Especialmente la cooperación con Estados Unidos será indispensable, en un contexto de una diplomacia profesional y especializada, cooperación que ha causado y causa mucho temor y urticaria en el gobierno saliente.

La pregunta es si la nueva administración presidencial realmente tendrá el interés para confrontar al crimen organizado y si podrá soportar la presión criminal que hoy prevalece. Últimamente se ha difundido un documento intitulado “Estrategia de seguridad de los primeros cien días”, que habría sido preparado por la Sedena, Semar y Sspc, con un breve diagnóstico de los asuntos que serían prioritarios para la presidente Sheinbaum.

El documento señala como prioridades la disminución de los homicidios dolosos; la coordinación entre los miembros del gabinete; el fortalecimiento al CNI y el establecimiento de una academia nacional de seguridad; el fortalecimiento de inteligencia; la atención a la seguridad en Chiapas y a la extorsión del ciclo productivo del limón, entre otros.

La estrategia también prioriza la atención a los municipios de Tijuana, León, Celaya, Acapulco, Benito Juárez (Q. Roo) y Colima. Destaca la presencia de cárteles como Sinaloa, CJNG, del Golfo, Arellano Félix, la Familia Michoacana, los Rusos y los Beltrán Leyva, entre otros. La sociedad mexicana ha tenido que soportar altos grados de inseguridad, violencia y criminalidad ante el abandono y la barbarie gubernamental y ya no podría tolerar un sexenio más de opacidad e inacción, so pena de permanecer como rehén de los criminales. Ya vamos tarde.