El día D ha llegado.
El próximo domingo más de 91 millones de ciudadanas y ciudadanos están convocados a las urnas para definir el presente inmediato de México.
Se trata de casi 21 mil 500 cargos de elección popular los que serán electos.
El marco legal, la actuación de la ciudadanía en casillas y secciones electorales, el sistema de partidos, los observadores nacionales y extranjeros, la participación ciudadana, las Fuerzas Armadas y los medios de comunicación son solo algunos de los factores reales que nos impiden hablar de un fraude electoral. Esos días han quedado en la historia pasada de México.
Por más que algunos se empecinen en denostar, agredir, provocar y pretender debilitar a las instituciones electorales de México, lo cierto es que éstas no han caído en esas provocaciones y han apegado su actuación al marco legal y a la máxima publicidad de sus decisiones y actuaciones.
La posibilidad de fraude está solo en la cabeza de quienes, paradójicamente, dan a conocer lo que están planeando. Pero México ya cambió y de concretarse, esas actuaciones ilegales serían castigadas.
Con planeación, estrategia y visión, el Instituto Nacional Electoral (INE) ha demostrado por qué es la institución pública civil más apreciada, reconocida y valorada por la población: porque es una institución que rinde resultados y sirve a toda la ciudadanía por igual. En ella no hay signo partidista ni clase social: todas y todos somos iguales en la emisión de nuestro sufragio.
Allá, en el lugar más apartado de la montaña de Guerrero, de la selva de Chiapas o del semidesierto de San Luis Potosí, está presente el INE y su ejército ciudadano, llevando el material electoral necesario para que el más modesto mexicano emita su sufragio, así como el más encumbrado político. Para el INE no hay diferencias.
Por tales razones, tal y como lo ha expresado Lorenzo Córdova, consejero presidente del INE, no hay lugar para fraudes ni suspicacias, sino solo para la confianza, la certidumbre y el apoyo a las instituciones de nuestro país.
Sirvan estas líneas para agradecer a más del millón de mujeres y hombres que se han capacitado y están listos para hacer posible la jornada electoral del 6 de junio por medio de un gran y profesional trabajo desde las casillas electorales.
Lamentablemente, la Administración Pública Federal no ha suspendido sus actividades de difusión y sigue pretendiendo influir en la voluntad de la ciudadanía a través de medios afines, pero el pueblo no es tonto y sabe que cuando hay resultados no hay necesidad de presumirlos.
México está palpando su democracia y es deseo de todos que el próximo domingo reine la paz, tranquilidad y orden a lo largo y ancho del territorio nacional.
Después de todo, es por el presente y futuro de nuestros hijos. ¡Vayamos a votar!
@jlcamachov