Son casi las 7 de la mañana y despierto rodeada de los sonidos de la selva amazónica cerca de la ciudad de Nauta en Perú. Parecería que el ir y venir suave del barco me ha arrullado y me ha regalado lo que muchas noches parecería imposible, una relajante y deliciosa noche de sueño. Definitivamente hay maneras de conocer el Amazonas, desde quedándose en un campamento a las orillas del río, hasta acampar en la misma selva. Opto por descubrirlo por barco, de los cuales diré hay para todos los gustos.
El día anterior había tomado un vuelo de la ciudad de Lima para Iquitos y de ahí viajado por auto un par de horas. Si lo que te gusta es la exclusividad y buscas privacidad, no hay mejor opción que hacer un crucero con el Delfin 1, afiliado a la cadena de Chateau and Relais, www.delfinamazoncruises.com. Es un barco lleno de confort, equipado con únicamente 4 suites, dos de ellas con una terraza privada con jacuzzi, hacen de esta experiencia la manera perfecta de convivir con la naturaleza rodeado de lujo.
Las suites son amplias, con una cama king size con grandes ventanales que te permiten desde cualquier ángulo observar mientras te adentras por el Amazonas. La terraza con jacuzzi resulta ideal para después de un recorrido por la selva, en la que uno regresa cansado y acalorado, para relajarte y tomarte una cerveza mientras sigues disfrutando de la belleza del lugar. La comida en el barco es excepcional, preparada por un chef abordo que cocina con todo tipo de producto local. Las comidas se sirven en un amplio comedor que además cambia de decoración diariamente resaltando todo tipo de elementos decorativos nativos.
Los recorridos son variados, tanto por agua, como caminando por tierra y hasta por puentes colgantes que se comunican por encima de la selva mientras escuchas y ves todo tipo de aves. Ofrecen oportunidades únicas de avistamiento tanto de flora como fauna del Amazonas, incluyendo la oportunidad de nadar con delfines rosados y pescar pirañas, que si hasta lo deseas si tienes la fortuna de pescar alguna, pueden ser cocinadas para tu cena. Tuve la fortuna de pescar una y puedo decir que su carne es tierna y muy rica.
A su vez, también hay convivencia con una comunidad local para visitar un pequeño mercado de artesanías y si lo deseas, hasta con una chamana, A veces parecería que se nos olvida lo importante que es naturaleza. La palapa abierta en donde nos recibe la chamana se encuentra rodeada de verde. Mientras platicamos nos envuelve un sentimiento de paz. Se acercan a la palapa pequeños monos que curiosamente nos observan, mientras vuelan unas bellas mariposas de colores a nuestro alrededor. Aquí no hay nada de magia negra, sino de la sabiduría ancestral que conoce los secretos de la selva, sus propiedades curativas y sobre todo la armonía que fluye al estar conectado con el mundo natural.
Es como si rodeado de la naturaleza, finalmente recordáramos respirar. La belleza se extiende frente a nuestros ojos, llena de colores verdes y los reflejos del agua. También nos envuelven los sonidos de sus pájaros y animales que dejan atrás la ciudad. Es una oportunidad para olvidarnos de todo lo que en nuestra vida cotidiana nos estresa, poner pausa y una vez centrarnos en lo importante. El estar presente en nuestro día a día y disfrutarlo.
Así, conforme pasan los días el staff del barco se convierte en nuestra familia provisional. Aprendemos de ellos, nos reímos y nos hacen sentir en casa. Es un viaje en donde además de sentirte consentido, te podrás desconectar de todo con el más excepcional lujo, disfrutando de experiencias y paisajes que te aseguro, durarán para siempre en tu memoria.