En una polémica sesión en el Senado de la República se perfila la aprobación de la reforma constitucional en materia de Guardia Nacional, que permitiría la extensión de las Fuerzas Armadas en las labores de seguridad pública hasta 2028.
Las fracciones parlamentarias del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y del Partido de la Revolución Democrática (PRD) han convocado a votar de manera individual, con lo que algunos legisladores se han manifestado a favor de la reforma constitucional. Hasta el cierre de esta edición, la sesión en el Senado continuaba y no se había emitido la votación.
Con esto, se caería el muro que se tenía en el Senado en contra del planteamiento legislativo, y así Morena y sus aliados —el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), el Partido del Trabajo (PT) y el Partido Encuentro Social (PES)— alcanzarían los 10 votos que le faltan para obtener la mayoría calificada, a diferencia de lo que sucedió dos semanas atrás en la que se debió retirar el proyecto de decreto.
›Este presumible aval a la reforma que el presidente Andrés Manuel López Obrador ha acuñado como suya, provocó confrontaciones entre las bancadas en la sala y acusaciones de presumibles presiones contra legisladores.
La panista Lilly Téllez llamó “bola de corruptos”, “ceros a la izquierda” y “hienas” a los morenistas y, cuando le negó a Napoleón Gómez Urrutia la voz para la elaboración de una pregunta, le instruyó que se callara y se sentara, pues se ha beneficiado del poder y se esperara a que le ofrecieran “sus croquetas”.
Estos calificativos enardecieron los ánimos de los morenistas y la pelea de descalificativos entre ambos bloques se desató en la sala.
Margarita Valdez se defendió: “no somos… ni perros ni hienas, no estamos coludidos con el crimen organizado como nos lo han dicho”.
Así también Julen Rementería acusó que algunos legisladores fueron sometidos a presiones. “Es indigno llegar con un legislador, senador de la República, y tener que ofrecerle dinero, ¿de qué estamos hablando? El gobierno ofreciendo dinero a cambio de votos, y que nadie me diga que no es verdad… Es absolutamente cierto que hay ofrecimientos indignos que rayan en épocas que pensábamos que ya no existían, ¿no que eran diferentes?”, denunció.
Inmediatamente, Ricardo Monreal Ávila le reviró, “rechazamos cualquier tipo de insinuaciones sobre presiones, amenazas, dinero, actos indebidos o ilegales, sería una cobardía o una conducta antiética que no lo denuncien” y se defendió “no somos mercachifles” de nadie.