Propósitos, antes del fin

23 de Julio de 2025

Propósitos, antes del fin

vicente-amador

“Morimos el día en que guardamos silencio ante las cosas que importan. Martin Luther King…”

@Poesia2012

Se lo cargó el payaso

Cuando cursé la Universidad, uno de los profesores ─extraordinario expositor ya entrado en los ochenta años─ contó que al renovar su último pasaporte le preguntaron por cuántos años pagaría la vigencia del documento. Como no tenía interés en revivir el engorroso trámite, consultó cuál era el periodo más amplio por el que podía optar. «Diez años», dijo el joven que lo atendía. «Entonces por diez años», respondió el maestro. A lo que el mocoso desalmado dijo: «¿A poco cree que va a vivir tanto?».

En efecto, planeamos a largo plazo porque no consideramos la muerte. Mientras no sucede algo, como el fallecimiento de alguna persona cercana o el quebrantamiento de nuestra salud, actuamos como si la Parca visitara a los demás, pero nunca a nosotros. Aunque nos sabemos mortales, el diseño de proyectos futuros se basa en la idea de seguir vivos. Especialmente en los límites del año viejo y el nuevo, nos llenamos de propósitos: bajar de peso, cambiarse de trabajo, dejar de fumar, pasar más tiempo con la familia, ahorrar, conseguir pareja. Todos los sueños caben. Únicamente la muerte es un supuesto ausente en nuestro modelo; aunque sea lo único seguro que, ojalá más tarde que temprano, acontecerá.

La intención no es ponerse trágico. Menos en este momento del año en el que renovamos esperanzas. La intención es muy positiva y llena de vitalidad: al planear, restamos la posibilidad de dejar de existir. Precisamente por no considerar que se nos acaba el tiempo, algunos abandonamos rápidamente los proyectos que con tanta emoción iniciamos. Por ello, tan pronto hacemos planes, ayudaría incluir la posibilidad de que la guadaña nos cepille los sesos: cumplamos las metas porque no sabemos si “el día y la hora” nos acecha a la vuelta de la esquina.

La vida no se compra en un abarrote

Durante los últimos meses me topé con gran número de casos de enfermedad en personas cercanas. Estas experiencias motivaron reflexiones sobre la muerte, principalmente respecto a la rapidez con la que rueda la vida, los propósitos y las prioridades de la historia personal. Junto con estos pensamientos recordé la novela La gran separación (Le Grand Écart, 1923) de Jean Cocteau donde aparece la siguiente narración: “Un joven jardinero persa dice a su príncipe: —¡Sálvame! Encontré a la Muerte esta mañana. Me hizo un gesto de amenaza. Esta noche, por milagro, quisiera estar en Ispahán. El bondadoso príncipe le presta sus caballos. Por la tarde, el príncipe encuentra a la Muerte y le pregunta: —Esta mañana, ¿por qué hiciste a nuestro jardinero un gesto de amenaza? —No fue un gesto de amenaza, le responde, sino un gesto de sorpresa. Pues esta mañana lo veía lejos de Ispahán, que es donde esta noche lo tomaré”.

Del pasaje anterior me interesa desprender una idea, de las muchas que de él podrían sacarse: la existencia cambia “de la noche a la mañana”. En un instante, giros inesperados nos enseñan que solo contamos con el presente. Tanto para bien como para mal, en cualquier momento podemos sacarnos la lotería, tener un ascenso laboral, padecer la muerte de un ser querido o la propia. “No dejar para mañana lo que se puede hacer hoy” es, además de virtuoso, poner los pies en la tierra al ser conscientes de la fragilidad de la vida.

En una línea similar a las ideas expresadas, el Presidente de Uruguay, José “Pepe” Mujica, dijo en un emotivo discurso frente a la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) en diciembre pasado: “la vida se te escapa y se te va minuto a minuto y no puedes ir al supermercado a comprar vida. Entonces lucha por vivirla, por darle contenido”. El video de don José, como otros tantos que ha pronunciado, se hizo viral en las redes sociales.

Ahora que el año comienza y los propósitos están frescos y cargados de emotividad, asumir que no somos eternos ayuda a saber que es un desperdicio gastar energías en proyectos superfluos, estériles. Además, lo conseguimos ahora o tal vez nunca llegará el momento para cumplirlos. Pienso también que nuestras prioridades deben incluir el cuidado y mejoramiento de la salud, la convivencia familiar y el esfuerzo por construir un mejor país. “Porque nos salvamos todos, o nos jodemos todos”, dijo Guillermo Rias del Pueblo.

A Rodrigo A., hermano querido —en cualquier circunstancia.