Basura Cero: una meta global que empieza en casa

10 de Agosto de 2025

Miriam Saldaña
Miriam Saldaña

Basura Cero: una meta global que empieza en casa

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Miriam Saldaña

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EjeCentral

En el marco de la Agenda 2030 de la ONU, el concepto de “Basura Cero” se ha convertido en una meta crucial para enfrentar la crisis ambiental global. Esta idea no implica dejar de generar residuos por completo, sino minimizar su producción al máximo mediante la prevención, reducción, reutilización y reciclaje de materiales. Es una estrategia vinculada directamente con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), particularmente los ODS 11 (ciudades sostenibles) y 12 (consumo y producción responsables).

El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) señala que cada año generamos más de 2 mil millones de toneladas de residuos sólidos urbanos, de los cuales casi la mitad no se gestionan adecuadamente. Esta situación no solo contamina el suelo, el aire y el agua, sino que también acelera la crisis climática y amenaza la biodiversidad. Por ello, la ONU instauró en 2023 el Día Internacional de Cero Desechos, con el objetivo de sensibilizar y movilizar a gobiernos, empresas y ciudadanos.

En México, la Ciudad de México ha tomado la delantera con su Plan de Acción Basura Cero hacia una Economía Circular, lanzado por la Secretaría del Medio Ambiente (Sedema). El objetivo es que para el año 2030 se reduzca al mínimo el envío de residuos a rellenos sanitarios, aprovechando los materiales reciclables, orgánicos y combustibles alternos. Las metas del plan son ambiciosas: pasar de reciclar 1,900 toneladas diarias a 3,200; aumentar la producción de composta de 1,400 a 2,250 toneladas; y reducir los residuos enviados a relleno sanitario de 8,600 a solo 2,000 toneladas al día. Para lograrlo, se han implementado diversas acciones, como la prohibición de plásticos de un solo uso (vigente desde 2021), la modernización de infraestructura, como la Estación de Transferencia y Planta de Selección de Azcapotzalco, y campañas de educación ambiental. El enfoque de Basura Cero también exige un cambio cultural. Desde la ciudadanía se promueve una nueva conciencia: evitar productos desechables, separar residuos, reutilizar envases, y apoyar la economía circular. Activistas como Gabriela Baeza, pionera del movimiento “zero waste” en México, han mostrado que es posible vivir con un impacto ambiental mínimo si se modifican los hábitos de consumo. Adoptar este modelo no solo beneficia al medio ambiente; también fortalece la economía local, genera empleos verdes y mejora la salud pública. En palabras del secretario general de la ONU, António Guterres: “Un planeta sin basura es posible, pero requiere voluntad política, innovación y participación ciudadana”.

A partir del 1o de septiembre reanudamos periodo ordinario de sesiones, y ya tengo preparada una batería de iniciativas y puntos de acuerdo para intentar disminuir los impactos del cambio climático. No más vauchers, recolección de basura por especificación por día, particulares con permiso de recolección de basura y reciclaje, recuperación de ríos y cuerpos de agua, entre muchos otros. Sí tú también tienes propuestas, por favor comunícate conmigo.

La Ciudad de México está demostrando que, con decisiones firmes, políticas públicas bien diseñadas y una ciudadanía comprometida, el camino hacia Basura Cero es posible. Esta meta no es una moda, sino una necesidad urgente en un mundo donde los recursos naturales se agotan y los residuos nos desbordan. La Agenda 2030 nos convoca a actuar hoy, desde lo local hacia lo global, para dejar a las futuras generaciones un planeta más limpio, justo y habitable.