Pruebas, no por estar disponibles resultan convenientes

2 de Mayo de 2024

Pruebas, no por estar disponibles resultan convenientes

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Imagen: ejecentral

Aun sin estar notablemente enfermo, la gente puede sentir la curiosidad de saber si es portador del virus SARS-CoV-2, pero hacerse una prueba no vale mucho la pena y hasta puede resultar contraproducente

Ya se ha repetido hasta el cansancio la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que, como parte de una política pública que permita proteger a las poblaciones del Covid-19, es necesario hacer “pruebas, pruebas, pruebas”, en palabras de Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general del organismo desde el 16 de marzo.

Eso es importante a nivel gubernamental; pero, a nivel personal, es natural sentir la necesidad de hacerse una prueba. Tal vez para estar preparados por si tuvimos alguna conducta de riesgo y tenemos miedo de haber sido infectados por el virus SARS-CoV-2, o para saber si, después de lo que parece una pequeña gripe, en realidad tuvimos ya el nuevo virus y somos inmunes (aunque hay algunos pocos casos de lo que parecen ser reinfecciones).

De hecho, hay ya pruebas de Covid-19 de muy dudosa calidad a la venta en sitios como Facebook; por lo que más vale saber de qué estamos hablando.

La confiable y la urgente

Desde que en enero se dio a conocer la secuencia del material genético del nuevo coronavirus, se empezaron a hacer pruebas que funcionan por el método de reacción en cadena de la polimerasa (PCR, por su siglas en inglés). Sobre su funcionamiento, baste decir que hace copias y copias de copias del material genético del virus hasta tener una cantidad suficientemente grande para ser detectada.

›La PCR es muy precisa, pero requiere de equipo de alta tecnología, de personal capacitado para realizarla y tiempo. Por ahora sólo se administra en laboratorios autorizados por el Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos (INDRE) y sigue un protocolo estricto para que no se hagan pruebas sólo a aquellas personas que realmente puedan estar afectadas y la requieran.

“El problema son los insumos, sin contar al personal capacitado, agua, luz, el traje, los puros reactivos cuestan alrededor de 700 pesos por cada prueba y son de importación, por lo que no se consiguen fácilmente”, explica la viróloga Susana López Charretón, quien participa en la toma de pruebas PCR en el campus de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en Cuernavaca.

Los reactivos con los que funcionan las pruebas, “no se compran a la vuelta de la esquina, son de importación y, por la alta demanda que tienen, llega a haber tiempos de espera hasta de seis semanas para surtir los pedidos”, añade.

Además, hay que administrar sólo ciertas pruebas, porque “la intención en este momento del diagnóstico es saber de dónde viene un caso positivo y tratar de hacer un cerco, ver si se pueden contener los contagios”.

No solo por eso, aclara López Charretón, no se pueden administrar pruebas sólo para satisfacer la curiosidad de las personas, también porque, salvo las certificadas, no hay seguridad de cuáles funcionan y cuáles no, y un diagnóstico falso, sea positivo o negativo, puede tener graves afectaciones en la vida de cualquier persona.

La rápida que hay que tomar con calma

Existen las llamadas pruebas rápidas que detectan los anticuerpos que el sistema inmunológico de la persona infectada elabora contra el virus, por lo que se llaman serológicas. Estas pruebas pueden ser casi tan rápidas como un test de embarazo, aunque son difíciles de calibrar.

Estas pruebas, como país “de momento no nos sirven para nada”, sostiene el virólogo Andreu Comas, de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, la segunda universidad a la que le autorizaron hacer el diagnóstico del SARS-CoV-2, por lo que es “un cuate que se viste como astronauta para muestrear a los pacientes”.

›Las pruebas serológicas fueron muy útiles en ciertos países al principio de la pandemia porque pueden detectar a las personas que tuvieron al virus, quizá sin siquiera darse cuenta, pero ya lo eliminaron de su sistema de manera que es indetectable para la prueba PCR. La prueba serológica da la posibilidad de seguir a todas y cada una de las personas que han sido infectadas y resultan muy útiles cuando se tienen pocos contagios.

Eventualmente podrán servir para monitorear la epidemia y serán las que permitirán tomar decisiones sobre el levantamiento de las medidas de contención, prevenir una segunda ola de contagios o, por ejemplo, averiguar quiénes ya desarrollaron inmunidad y pueden salir tranquilamente a trabajar, detalla Comas.

La de la esperanza

Diversos laboratorios en el mundo están trabajando en estos momentos en el desarrollo de otro tipo de pruebas rápidas, basadas también en la acción de los anticuerpos; la diferencia es que en este caso, los anticuerpos permitirán detectar al SARS-CoV-2.

Este tipo de pruebas ya se tiene para detectar virus conocidos, como el de la influenza y muchos otros patógenos. “La idea es que sean baratas y que tome cinco minutos” y, de preferencia, que indiquen con un simple cambio de color si el paciente tiene o no al virus que ha detenido al mundo.

Diversos laboratorios en el mundo están trabajando en el desarrollo de otro tipo de pruebas rápidas, basadas en la acción de los anticuerpos; en este caso, los anticuerpos permitirán detectar al SARS-CoV-2.

90 países participarán en el programa Solidaridad de la OMS para buscar vacunas para combate del Covid-19.

Cómo funciona la PCR

imaginemos que la información genética del virus SARS-CoV-2 es este texto:

La polimerasa es una enzima que copia material genético a partir de una secuencia primer o iniciadora, que en este ejemplo serían, digamos, la secuencia de letras “Supongamos que la información genética del virus SARS-CoV-2”, que es única y que no existe en ninguno de los otros textos de mi computadora”.

A partir de ahí, la prueba está diseñada para generar un copia del texto hasta las palabras “para ser detectada”.

Como se trata de una reacción en cadena, esa primera copia y el original serán copiados y se generarán cuatro párrafos; de esos cuatro, se harán ocho; de esos, 16 y así hasta tener una cantidad de copias de material genético del virus lo suficientemente grande para ser detectada.

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