Nada contra las mujeres... menos cuando como dijera el clásico “Las horas más divinas de mi vida, las he pasado al lado de una dama...”
Al escribir estas líneas tampoco me anima la más leve misoginia y desde siempre asumo convencido y de manera sensata que nada obtuso debería impedir que algún día este país sea gobernado por una mujer.
Tampoco soy panegirista ni detractor compulsivo y menos en automático...solo observo, analizo y opino, pues la democracia debe ser, verdad de Perogrullo, deliberativa y participativa, nunca impuesta, ni parcial, ni evasiva.
Ergo con esa premisa también asumo sin titubeos ni incertidumbre alguna que la precandidatura de Margarita Zavala de Calderón es lisa y llanamente inercial y colosal intento visceral de un continuismo Calderoniano asaz conflictivo y peligroso para este país.
Decir las cosas como son y sin matices implica comprometerse y exponerse... pero hacerlo con veracidad y responsabilidad creo sin ínfula alguna que se asume el mandato moral de señalar lo negativo en el espacio público e implica también un género aproximado al de construir un diálogo en una sociedad atribulada y aplastada por los grandes intereses de los medios de comunicación totémicos y es también ir contra el fatalismo, la tibieza o el temor a unas cuantas familias privilegiadas, deshonestas, léperas que se intercambian favores y hasta el poder ahora con la modalidad de imponer a cónyuges en un absurdo y el sinsentido más incompatible que la sucesión de Chávez a Maduro... ¿Suponen acaso los Calderón Zavala olvido y/o masoquismo del pueblo de México?
De inicio procede preguntar a Felipe Calderón porqué él y su gabinete permanecieron distantes y le hicieron el vacio a Josefina Vázquez Mota ¿por su condición de género? y/o como ella lo declaró (Excelsior) “mi triunfo en el proceso interno del PAN, Calderón lo asumió como pérdida mucho más que personal”, pero de manera suicida le aceptó la imposición de su ex Secretario particular Roberto Gil Zuarth como su coordinador de campaña para hundirla y que le vació el Estadio azul.
¿Con ese pragmatismo perverso y tortuoso, ahora sí y solo por tratarse de su mujer? ¿Ya se inoculó de democracia después del cúmulo astroso de chapucerías, trapacerías y violaciones flagrantes a la ley para después de una elección que el mismo Tribunal Federal Electoral (hoy, Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación) en su resolución final sostuvo que “se puso en peligro la validez de la misma” , sin honor, sin integridad, sin importarle un bledo el oprobio y la estabilidad nacional, vergonzante entró por la puerta de “tras banderas” de la Cámara de Diputados en el 2006?
El regreso de Calderón a través de su mujer sería más violencia sobre la violencia de su conflictivo y sanguinolento sexenio.
Margarita Zavala de Calderón sería la reinvención maligna del mismo trauma calderoniano y estaría este país resucitando el colosal escándalo electoral, la soberbia, la insolencia y las prácticas corruptas de ese reservorio del crimen electoral del 2006 personificado por los “Hildebrando Zavala Bros” operando desde el IFE (hoy, INE) en otro nepotista reparto de la piñata presidencial.
La pretensión de que la pareja Calderón Zavala para seguir “gobernando” a este país implica vulnerar y someter a la nación al capricho de cosificar brutalmente la Presidencia d la República como objeto y como robarse una vaca u otro semoviente.
Coqueteó con esa misma grotesca pretensión irresponsable el canábico Fox y Martha Sahagún que tenía como confesor de cabecera al nauseabundo pederasta Marcial Maciel.
Y a propósito de misoginia como entender a esa PANdilla de lunáticos que criminalizó a la mujer que por necesidad o fuerza mayor abortaba y donde el “viejerío” la vituperó como “lavadoras de dos patas” y que nunca hizo nada por la mujer, la han ignorado sistemáticamente o la han maltratado con borbotones de indiferencia. ¿Ahora sí y solo por ser la esposa de Calderón aunque carece de elementos para funcionar de manera adecuada e independiente, esté inflada por encuestas bien pagadas y nunca se podrá sacudir la férula del marido nefasto por genocida?
Bien acuñó Jacinto Benavente para una patraña tan rupestre como ésta al decir “que el amor propio, el narcisismo, el autoelogio, la vanidad y el cinismo hacen creer a algunos que sus vicios, desviaciones y defectos como arte de magia y solo por el paso del tiempo son virtudes”.
Margarita por más sonriente y almibarada, al igual que como ladinamente Calderón intentó imponerle a Michoacán a “La Cocoa”, es también la repetición del mismo enfoque disruptivo e implica una desconexión con la población de proporciones cósmicas.
Es cierto que no es lo mismo desechos (residuos) que deshechos (participio del verbo deshacer) pero el “Caldero-Margaritismo” tal como dijera el filósofo de Guemes son lo mismo y ambas dos cosas a la par unidas e indisolubles.
La primera gran paradoja, aberración y ficción política es que Margarita ni yendo a bailar a Chalma puede disociarse, ni negar el “fierro” de la envilecida divisa calderoniana que nació con forceps fraudulentos, en un parto bajo gran estrés nacional y con el pesado yugo a cuestas de la cleptocracia foxiana como pesados lastres que le afectarán necesariamente.
Como desde la antigüedad Esquilo coligió: “Nadie puede ser virtuoso si fue engendrado (a) en vientre impuro”.
A Margarita no le ayudará en nada su ambigüedad, sigilo y furtivas agendas envueltas en el secretismo como la de su “gira” de esta semana por Baja California a hurtadillas, de la que se habló en algunos medios pero sin que nadie haya sabido dónde y con quién se reunió, pero sí evadió contestar preguntas incómodas de las indefendibles administraciones de Fox y de su marido (la docena trágica) el áspero y rijoso bucanero de la política bananera.
El juicio de la historia para el calderonato está emitido y es implacable, devastador y ese ventajismo calderoniano con el cual pretende imponer a su mujer es otra forma de sucesión hereditaria sucia, tiránica, ultramontana y ambos ponen en predicamento la espectral democracia que padecemos y de cuyo fracaso nadie se quiere hacer cargo.
Pretenden (la pareja) los Calderón Zavala ser los “monarcas sacralizados” por la pachorra de un panismo acoplado a los extremismos de un Calderón bastardo urgido de limpiarse la sangre y las “manos negras” de la corrupción y que forja una endeble armazón mitológica para entronizar a su mujer como la emperatriz de una rancia corte fascista... ¿Matrimonarquía una obscena y obcecada estafa resucitada?
Margarita impuesta y manipulada por su marido sería como sacar la basura del mismo bote de la historia más oscura de este país.
Por ser mujer, es un gancho barato del peor panismo que apela sin claridad en los compromisos, ni programas concretos, ni ideas propias, ni propuestas de cambio...solo simbiosis marital subordinada a la mano negra del que mecería la cuna de Margarita ayuna de autonomía y sin ninguna independencia.
No se trata pues de género, ni de poses en fotos estudiadas, ni de frases, ni de acartonadas poses, ni de cordialidad fingida, ni de guiones memorizados, mucho menos del síndrome camaleónico para mimetizarse y fingir no tener nexos y dependencia con Calderón.
No bastará pues un discurso de género sin propuestas que marquen distancia real con las políticas guerreristas, abusivas e impopulares de su marido.
Solo basta un poco de memoria histórica y tener presente el negro historial del calderonato que hasta dos Secretarios de Gobernación “se le murieron” y no olvidar los miles de muertos, desapariciones, violación sistemática de los derechos humanos y sus sucedáneos de exclusión, pobreza y desigualdad que sin pagar factura le heredó al actual régimen.
Dejarnos engatusar por la pareja Calderón Zavala sería como no aprender nunca del pasado más ignominioso.
¡Necesitamos espabilarnos y atrevernos a despertar!
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