¿Quién conoce a Hillary Clinton?

8 de Junio de 2025

¿Quién conoce a Hillary Clinton?

Los Clinton han sido acusados de actuar como si la ley no les aplicara

Captura de pantalla 2016-09-21 a las 10.00.13 p.m.

Juan Pablo de Leo

Existen muchas Hillarys. Tantos años en el ojo publico y en el servicio político han creado diferentes percepciones de su persona ante los ciudadanos y el electorado. Todo lo que implica y significa Hillary Clinton está dicho. Irrumpir en la escena política en una campaña que clama por frescura y novedad es imposible para una persona que ha pasado por la Casa Blanca como Primera Dama, el Capitolio como Senadora por Nueva York y la Secretaría de Estado como encargada de la política exterior norteamericana. Una pareja que no ha sido ajena ni a los escándalos ni la opacidad, cuya ambición por permancer en el poder junto con la sobreexposición a los ataques que necesariamente provocan cuatro campañas presidenciales han dañado su legado y estatus político.

La candidata mejor conocida que nadie conoce.” Así es como ha sido descrita Hillary Clinton por algunos analistas en los medios estadounidenses. El constante bloqueo de los Clinton a la prensa, aparte del contexto misterioso que siempre los ha rodeado, generó un aura de incertidumbre y desconfianza alrededor de sus actividades. Bajo el constante escrutinio al que han sido expuestos y ante la posición de poder permanente en la que se han encontrado, desde la primera gobernatura en Arkansas de Bill Clinton, han pasado de ser los rockstars del Partido Demócrata a personajes que representan los aspectos más negativos del sistema político estadounidense.

Los vacíos de información creados a partir del silencio han dado lugar a diferentes versiones de la verdadera persona detrás de Hillary Clinton, la política. La decisión de los Clinton de utilizar los medios de comunicación populares y juveniles del momento para llevar su mensaje llegó acompañado de fascinación de la prensa sensacionalista y de corazón por su vida privada. Las portadas de los amoríos de Bill Clinton en la Casa Blanca y los rumores que acompañan a situaciones como esa llenan desde hace años las portadas que se venden en las cajas registradoras de los supermercados.

La sociedad estadounidense vivía seducida pegada a la televisión viendo a Los Ángeles arder por el primer video de abuso policial contra un afroamericano, un juicio de una superestrella deportiva acusada de asesinar a su esposa o un litigio mediático de un presidente acusado de tener relaciones sexuales con una pasante en la oficina Oval. Bajo ese contexto fue que Hillary se presentó e interesó a la sociedad de Estados Unidos.

Desde Troopergate, pasando por Whitewater y terminando con Bengazi, los Clinton han sido acusados lo mismo por colaboradores cercanos que por adversarios políticos de actuar como si la ley no les aplicara. De mujeres a suicidios, la administración Clinton estuvo marcada por el oscuro misterio del silencio y la intriga. Tantas ocurrencias que terminaron por distraer de lo que realmente ocurría con las políticas públicas, económicas y del exterior no podían sino convertirse en mitos de la cultura popular que han regresado para convertirse en pesadillas de las aspiraciones presidenciales de Hillary. Gary Byrne, ex agente del Servicio Secreto a cargo de la seguridad de los Clinton durante su administración presidencial, escribió un libro titulado “Crisis de Carácter” en el que entre otras cosas acusa a Hillary de ser la arquitecta de todos los escándalos por los que ha pasado la pareja, afirma que es deshonesta, violenta. La señalan como alguien que sabe y conoce de los amoríos de su esposo.

¿Sabías que? Gary Byrne escribio un libro en el que acusa a Hillary de ser la arquitecta de todos los escándalos familiares

La presencia permanente de Hillary en los puestos que ha ocupado ha fijado una imagen a partir de los escándalos en los que se ha visto envuelta y a los que ha sobrevivido, pero de los que no ha salido ilesa. Todas las acusaciones en su contra tienen una razón de inicio que por más descabelladas que puedan sonar, tienen un origen en los anhelos de poder desbordados para proteger una carrera política que está muy lejos de ser intachable. Primera Dama, Senadora, Secretaria de Estado. Pero también “asesina, traidora, lesbiana, operadora, enferma, infiel, mentirosa…” la lista sigue y los defectos se acumulan. Para toda causa republicana, hay un caso en el historial de Clinton del cual se pueden colgar.

Figura polarizante y controvertida. Suficiente consultar en Google cualquier búsqueda relacionada a las teorías de conspiración que rodean a Hillary Clinton para darse cuenta de la guerra que existe en su contra, aunque no de manera gratuita. Al momento, las terribles semanas por las que ha pasado la campaña demócrata por la crisis que generaron las imágenes de Hillary tambaleándose rumbo a la camioneta afuera del evento conmemorativo por el 11 de septiembre, se han visto empeoradas por el alimento que implicó para quienes gustan de las teorías de la conspiración el rumor sobre el verdadero estado de salud de Hillary.

Alzheimer o Parkinson como diagnóstico son apenas un par de enfermedades que aseguran en internet tiene la candidata. Los diferentes episodios de coágulos y otras afectaciones por las que ha pasado no serían un arma que constantemente utilizan en su contra si desde el principio ella y su equipo hubieran sido transparentes con la afectación y el diagnóstico. Una vez más el manejo opaco, por la razón que sea, termina por dañar las aspiraciones más que la enfermedad misma cualquiera que sea. TABLAS

Conspiraciones sostienen que la enfermedad de Clinton es tal que constantemente se ven en la necesidad de utilizar una doble como parte de su equipo. Según la leyenda, cuando Hillary se encuentra indispuesta, tendrían listas a varias personas que la sustituyen en eventos públicos y otras situaciones. Esto sumado al chícharo inalámbrico con el que supuestamente cuenta en la oído para recibir órdenes, datos y ayuda durante sus intervenciones en los diferentes lugares donde se presenta, como los discursos a empresarios de Wall Street por los que ha sido acusada de recibir cantidades importantes de dinero. Por otra parte, algo que ya sabíamos y que ha resultado ser lo dañino que se preveía desde su creación: la Fundación Clinton y las acusaciones de uso indebido.

La estancia de Hillary en el Departamento de Estado ha resultado ser uno de los mayores lastres de su campaña. Precisamente la acusación de cabildeo bajo el que habría operado la Fundación recae sobre la gestión de Clinton en la cancillería estadounidense. Ahi las teorías de conspiración oscilan desde el cobro por acceso al poder hasta el tráfico de armas y otras actividades relacionadas con el crimen organizado.

En la política, percepción es realidad. Teorías de la conspiración hay de todo. Independiente de lo que sea cierto, es innegable el daño que el manejo turbio y los silencios han provocado en la carrera política de Hillary Clinton. A menos de 50 días para la elección presidencial Hillary se encuentra reinventándose ante la necesidad de movilizar, motivar y emocionar a un público que no confía en ella. Un electorado que la considera deshonesta, que siente que a pesar de conocerla por años, aún no sabe nada de ella.