Está considerado como un hombre sanguinario y peligroso en grado alto. Sin embargo, este sábado, Jesús Héctor El Güero Palma regresa a México flaco y avejentado luego de pasar los últimos 9 años en la cárcel de máxima seguridad de Atwater, en California, Estados Unidos.
De acuerdo al semanario Zeta, los estudios criminológicos realizados en nuestro país revelan que Palma Salazar es “una persona inintimidable, poco sensible, violento, manipulador y de una expansión criminógena contaminante”.
Nació en La Noria, en el municipio de Mocorito, Sinaloa. A partir de su etapa joven adulta, “El Güero Palma” se involucra en actividades delincuenciales. En 1983 establece un núcleo familiar secundario, pero sus enemigos asesinan a su mujer y dos hijos, en aparente venganza por haber traicionado a la organización delictiva de Miguel Ángel Félix Gallardo. A finales de la década de los 80, Jesús Héctor Palma Salazar crea su propio grupo criminal, al que en a actualidad se le conoce como el cártel de Sinaloa o del Pacífico. Aliado con Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera y bajo el cobijo del narcotraficante Emilio Quintero Payán, Palma Salazar inició una serie de venganzas contra familiares de Félix Gallardo y apoyó a su compadre Guzmán, en las diferencias que éste tenía contra los hermanos Arellano Félix, del Cártel de Tijuana, hasta que ambos bandos fueron objeto de persecución del gobierno, luego del asesinato del Cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, en Guadalajara.
Fue capturado en la madrugada del 22 de junio de 1995 en Zapopan, Jalisco, horas después de que una aeronave que le transportaba se desplomó en un predio de Xalisco, Nayarit, a escasos kilómetros de Tepic.
El Güero Palma hoy tiene 60 años. Libró 18 procesos judiciales y recibió tres condenas, una de ellas relacionada con la primera fuga de su compadre, Joaquín El Chapo Guzmán. Fue condenado a 16 años de prisión en la Unión Americana por tráfico de hasta 50 kilos de cocaína, pero consiguió que durante el procedimiento de extradición -consumado en 2007- fueran sumados los cuatro años en reclusión en México. Desde ayer salió de prisión tras recibir un beneficio para compurgar su pena por “buen comportamiento”.
De acuerdo al reportaje publicado por Zeta, al hoy exconvicto se le realizó un diagnóstico clínico criminológico en el Centro Federal de Readaptación Social (CEFERESO) Número 2 “Occidente” en 1995. Allí se advertía que “Palma Salazar adoptaba una aparente sumisión y cumplimiento de las normas para obtener beneficios"; sin embargo, “su personalidad criminal poco cambió durante los casi 12 años que permaneció en el penal de Puente Grande”.