A votar

1 de Mayo de 2024

Juan Antonio Le Clercq
Juan Antonio Le Clercq

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Le Clercq

Llega la hora de acudir a las urnas en un contexto marcado particularmente por el peso de la imagen y el discurso presidencial a lo largo de todo el proceso y por niveles de violencia extraordinariamente altos, los cuales reflejan la creciente influencia del crimen organizado en las campañas. Violencia que, al igual que con los múltiples tipos de violencia que enfrenta nuestro país, comienza a ser normalizada por autoridades y ciudadanos por igual.

Faltando unos cuantos días para la jornada electoral, la elección se ha reducido a un juego de suma cero donde el gobierno entiende que la continuidad de su proyecto está en riesgo y la oposición enfrenta en gran medida su supervivencia política.

Para el gobierno encabezado por López Obrador, lo que se juega el domingo es la posibilidad de contar con una mayoría aplastante para consolidar su proyecto político. La apuesta de Morena hace tan solo unos meses era conseguir carro completo en estas elecciones intermedias y cualquier otro resultado, en especial no conseguir la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados, representará sin lugar a dudas un fracaso político.

Para la oposición, el objetivo central es alcanzar los números suficientes para garantizar contrapesos y contener las decisiones de López Obrador durante la segunda mitad del sexenio. La estrategia se enfoca a establecer un contexto político que les permita aumentar sus opciones hacia 2024 y evite sean avasallados por una super mayoría encabezada por Morena y sus aliados.

En términos de contenido y propuesta política, hemos escuchado hasta la náusea los mismos lugares comunes sobre a la esperanza y la continuidad de la 4T, por un lado, y evitar la destrucción de las instituciones, por el otro. Además de incontables y ridículos bailes en Tiktok, que lo único que nos advierten es sobre la incompetencia e infantilización de los candidatos. En torno a los graves problemas que enfrenta el país, francamente se ha dicho muy poco y menos cosas relevantes.

¿Cómo vamos a reconstruir los sistemas de salud y educación pública luego de la vulnerabilidad que desnudó la pandemia? ¿Qué vamos a hacer para evitar que se agudice la brecha de desigualdad en el marco de la nueva normalidad? ¿Cómo piensan contener el control territorial que gana todos los días el crimen organizado, reducir la violencia y proteger a las víctimas? ¿Alguna idea para enfrentar la devastación de nuestro patrimonio natural y adaptarnos a las consecuencias inevitables del cambio climático? Si bien Morena ha sido incapaz de traducir su discurso de transformación e invocación de esperanza en políticas bien diseñadas e implementadas, las propuestas de la oposición son francamente raquíticas.

Independientemente del resultado, se cierra un ciclo electoral solamente para que se abra un nuevo ciclo electoral inmediatamente. La carrera por la elección presidencial iniciará en cuanto terminen de contarse los votos y se perfilen los nuevos equilibrios entre y al interior de los partidos. ¿La atención a los problemas nacionales? Eso quedará, para no variar, supeditado a la agenda electoral de partidos y las ambiciones de los suspirantes.

Seguramente veremos muchos resultados sorprendentes el próximo domingo y muy probablemente una nueva composición en la Cámara de Diputados, pero también observaremos que en las próximas semanas la contienda electoral terminará en el terreno de los tribunales electorales. Lo más importante, ojalá veamos una participación masiva de ciudadanos y que la violencia que sufrimos en las campañas no se extienda a la jornada electoral.

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