Antes de la derrota panista del 2012 era impensable, altamente controversial y hasta tema tabú el de la reelección...
Patéticos los panistas no solo perdieron el poder sino también el pudor cuando se evidenció la urgencia por la reforma energética.
Los blanquiazules rebasando la frontera de lo absurdo replicaron con una amorfareforma político-electoral plagada hasta el frenesí de menudencias, disparates, caprichos y ocurrencias gestadas desde la panza de esa panfletaria e histriónica “monarquía” criolla saturada de rencores, odios, divisionismo, confrontaciones internas desde donde se fraguó la involución troglodita de la reelección como chantaje primero y luego como moneda de cambio que a la población le pasó de noche por la cacofonía de la “licuadora” en la que se procesaban aceleradamente las nuevas leyes entre tumbos, polvaredas, estrépito y gran barullo del que salió ese amasijo.
Hoy los partidos que aprobaron la reelección entonan la oda de su temeraria aventuralegislativa aún sin calcular los efectos de ese lastre agregado contra la participación ciudadana...supongo que aún no cobran conciencia de la futura reacción a esa impostura con la cual la sociedad mexicana es otra vez despreciada...sociedad que aún hoy desinformada nadie puede dudar de la fuerza de sus razones.
Es evidente que los partidos han infravalorado el peso del electorado cada vez más crítico...
Tal vez la población en general por la crisis económica el progreso, la violencia y la inseguridad no ha cobrado aún conciencia exacta de la insania que representa la reelección con la que se conculcan sus derechos ciudadanos y se pervierten los procesos electorales...
Desde siempre a través de la historia pasando por el feudalismo, las monarquías y las dictaduras los grupos que detentan el poder se han esforzado por limitar el acceso y los alcances del voto ciudadano y en ese tenor han creado y recreado teorías y concepciones retorcidas para inventar y sostener la falacia de que el pueblo no está capacitado para decidir sobre una mejor, más atinada, más justa y más eficiente conducción de los asuntos públicos.
Maurice Duverger como avezado politólogo analiza el pasado, presente y futuro previsible del poder y la importancia de las elecciones así como del voto popular como medio fundamental para tener o no un régimen democrático...
Asimismo, lo cito de memoria, estudia la degradación de la política y de los partidos políticos modernos que se organizan cupularmente y ya no responden a los anhelos y/o exigencias de la población y se vuelvan rémoras, auténticos diques para una democracia funcional, agregando que se está de regreso al pasado ya que con diversas estratagemas la designación de los gobernantes y representantes populares se ha vuelto imposición hereditaria, distorsionando la premisa de que el poder reside en el pueblo.
Otros analistas de prestigio agregan que las elecciones son la pantalla legaloide para aparentar democracia y mediante la reiterada burla a la ley una camarilla detenta el poder como en cualquier régimen totalitario.
¡La reelección de los plurinominales es lo más cercano a esa imposición dictatorial hereditaria y es el más rotundo e inaceptable agravio a la ciudadanía!!!
Es una majadería, una inmoralidad que raya en la barbarie la reelección de los plurinominales o como diría el clásico ahora y a raíz de la obvia decisión del “INE” para no pedir se difiera un partido de futbol (el día de las elecciones como desde el ridículo pidieron el PAN y MORENA) ”...la reelección de los plurinominales es como tirar penaltis sin portero”.
No hay peor forma de corroer y de demoler la auténtica lucha para lograr que lleguen los mejores, los más aceptados, los más comprometidos con la población si los plurinominales sentados en la “silla del placer y de los privilegios” no requieren ya más del apoyo popular pues no solo se cuelgan de las palaciegas cúpulas partidistas para permanecer apoltronados en escaños y curules, sino que desde el paraíso de los cínicos, tramposamente se les incluye en la misma boleta de los candidatos de mayoría beneficiándose arteramente del trabajo ajeno y luego” electos a ciegas” como desvergonzados desconocidos al no haber realizado esfuerzo alguno de cara a la ciudadanía, lo cual implica empedernida gamberrada y una brutal vileza.
La gran impostura, la falsa bandería para instaurar con artimañas y pretendiendo que así la población “premiará o castigará “a los plurinominales en su reelección es un sofisma, un silogismo de cuatro patas, otra prédica absurda y sin asidero pues no solo se ensancha el abismo entre pluris y la población al depender su nominación solamente de las castas partidistas, sino que al propio tiempo existirá ruptura definitivacon el electorado toda vez que su permanencia en los escaños y las curules dependerá solamente de su obsecuencia y sumisión a los grandes intereses económicos y son esos intereses oscuros a los que menos interesa el cambio o la renovación sino el inmovilismo para preservar el status-quo mas propicio para depredar impunemente.
Es un insulto monumental y una total regresión histórica que mientras que loscandidatos de mayoría dejan el sayal y las suelas de sus zapatos haciendo campaña, contactando, escuchando y estableciendo compromisos (que luego también algunos olvidan) los plurinominales no solo van escondidos en la misma boleta que es ya de suyo la apología del agandaye; también conculcan los derechos de otros ciudadanos con mayores méritos y de jóvenes menos maleados y menos maiceados, pero fundamentalmente son un fraude total a la democracia representativa (no representan a nadie que no sea a sus padrinos) y un disparate la “beca vitalicia” sin siquiera pedir licencia del puesto desde donde con privilegios, dinero público y sin despeinarse pretenderán revalidar esa beca sin merecimiento alguno...(hasta la becaria Mónica de la Casa Blanca tenía que revalidarla)
Con ese olor a las viejas dictadura de infausta memoria, los partidos secuestrados por las élites, con una legislación pésimamente concebida, mal diseñada, peor difundida, discutida en la nocturnidad y votada sobre las rodillas imponen a México una auténtica bomba de profundidad para terminar de destruir el espejismo de una democracia que si bien era incipiente existían leves esperanzas de mejoría en el ánimo popular ya que las organizaciones intermedias pugnaban insistentemente por una real sistema democrático con genuina representación popular...Hoy con la reelección frívola, irresponsable y alucinada de los plurinominales no tardarán en multiplicarse y profundizarse las adversidades del pueblo mexicano que así es regresado intempestivamente a la decadencia feudal y a la degeneración por el autoritarismo miope, descomunal, de terrorífico calado que se empecina como animal carroñero en succionar la médula de los huesos ya roídos de una democracia vacía.
En mi modesto entorno y consultando a politólogos de seriedad intelectual y congruenciacoincidimos en que los plurinominales no deben tener derecho a la reelección...
¡No debemos validar a los plurinominales escondidos en la misma boleta de los candidatos de mayoría!!! y me atrevo contra mis propias convicciones sobre el ejercicio responsable del voto, a sumarme a aquellos que sugieren mejor anular la boleta para así desechar desde ahora a los plurinominales que buscarán en el 2018 la reelección consecutiva.
Hasta que no modifiquen esa norma perniciosa de reelegir en automático e impúdicamente a los plurinominales procede de manera sensata anular la papeleta de votación para hacer entender a los partidos, esas máquinas de talar derechos y poner piedras en el camino a la sociedad civil, hacerles saber de manera indubitable el rechazo, la indignación y la desilusión del electorado con esa política trácala con la que sin consecuencias hasta ahora, se apalea y aplasta a la ciudadanía.
Es de interés general exigir cambios en esa leonina legislación y estructurar una justa, asaz procedente demanda nacional contra la reelección de los plurinominales y perfilar nuevas formas de participación ciudadana dentro de la civilidad.
De todos nosotros, los simples ciudadanos depende asumir nuestra responsabilidad ante ese yerro y abuso monumental...la causa es legítima y el reto es nuestro... la indiferencia, la dejadez, la negligencia, la apatía y el “ay se va” solo engalla a los que hacen de la política un negocio o un circo mediático para imponernos oprobiosas y calamitosas regresiones.
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