Consciente de que los asuntos de consciencia y/o de creencia son del fuero interno y este ámbito no debe ser invadido nunca, hubiera querido pasar de largo y no engancharme en la visita Papal...
Pero no se habla de otra cosa mañana, tarde y noche en un entorno entre pastoral y político escenográfico, malabares y recurrencias escenográficas de las que nadie puede ser ajeno, no me queda otra alternativa de tal suerte que así como los toreros que abandonan su sitio y se acercan peligrosamente a los terrenos de un burel con astifinos pitones listo para arremeter, inerme me cruzo consciente de la inminente embestida de las modernas inquisiciones encarnadas por las tecnocracias persignadas que reducen esa visita Papal a la aritmética de las multitudes, la ambiguedad de los rituales heterodoxos y a las simples ensoñaciones antropológicas para salir en la foto.
Si no puedo asumir la comodina pose de guardar silencio en torno a esa visita buscaré no incidir en las rutas argumentales del incienso a ultranza, pero tampoco caer en el maniqueísmo de la crítica simplista e intentaré adentrarme en esa espesa niebla y ruidosa cacofonía de los medios totémicos que con ardorosa pasión comercial, exaltados nos inundan de propaganda barata y embravecida...
De esa guisa debo apuntar que pocos dudan que Francisco el Papa no solo está cimbrando las viejas estructuras de su iglesia sino que más allá de su religión se esfuerza y pone énfasis con su encíclica “Laudato Si”, en la preocupación ecuménica por la grave contaminación del planeta y que contra el calentamiento global lo sitúan como un vanguardista ecológico...
Tiene el visitante distinguido jerarquía moral innegable para situar sus críticas contra la ilegalidad y las abusivas leyes en materia laboral con las que explota vilmente a la clase trabajadora; también contra políticos corruptos que abandonan a millones de jóvenes que ven cancelado su futuro al carecer de empleo y de acceso a la educación; se hace eco de los pobres, de los migrantes y sacude a las élites que dicen combatir al narco con más violencia pero dejan intocadas las estructuras financieras y bancarias por cuyas cañerías hay un incesante flujo y reflujos de miles de millones de dólares del dinero negro fruto del comercio a la alza de las drogas ilícitas y embrutecedoras.
Más allá de los desfiles, cordones de miseria repintados, ceremonias y actos públicos donde los medios privilegian el ruido, las estridencias cuasi idolátricas y la frivolidad, no alcanzan a difuminar que el Papa visitante desde antes ha fustigado y señalado con dedo flamígero la subcultura de la estafa, el fraude y la especulación como causas estructurales de las crisis económicas con las que se depreda al mundo y también son conocidos sus severos juicios contra el capitalismo salvaje, el desorden, el libertinaje y la violencia hiperrealista de los pecadores criminales de “cuello blanco” que saquean países a destajo bajo el paraguas del modelo económico neoliberal destripado por el fracaso de sus falsos dogmas.
De suyo con sus mensajes previos a su visita el Papa alienta el vanguardismo coherente con sus críticas fundadas al conservadurismo corrosivo de las derechas neoliberales desreguladoras, privatizadoras y oligomercado-centristas adictas al enriquecimiento plutocrático con barnices de populismo asistencialista como otra fórmula de desviar en el trayecto recursos públicos y seguir engañando a los pobres con crueldad desalmada.
¡Tras cinco días de peregrinación, diga, deje entrever o ya no repita lo que desde Roma dijo el tres de febrero “que no quiere al México de la corrupción, al México del tráfico de drogas, al México de los cárteles” y que deplora un país como el nuestro padeciendo “su pedacito de guerra, de sufrimiento, de violencia, de tráfico organizado, ahí quedarán como pesada lápida!
Como el Papa no tiene poderes sobrenaturales no podrá exorcizar al “infierno siempre fiel” y ahí quedarán Tajamares y otros ecocidios; los 43 de Ayotzinapa, los quince de Tlataya, los cinco de Tierra Blanca, los 49 de Topochico; los secuestros, las desapariciones forzadas, los miles de muertos sin investigar, las ocurrencias del “mando único” cuando las policías estatales no son garantía de nada y los 3 niveles de gobierno descoordinados solo atinan a seguir culpándose entre sí; un sistema de Procuración de Justicia infestado e ineficaz y en esa decadencia infernal un Poder Judicial aberrante, corrupto, sumido en la incapacidad para penalizar y que mantiene las cárceles repletas y hacinados a ladronzuelos y consumidores de drogas ,pero de bajo perfil sin sentenciar...
Todo quedará igual a pesar de los duros cuestionamientos del Papa hechos con antelación a su visita señalándonos nuestra realidad atroz y sus reproches abiertos al discurso triunfalista...
Todo quedará igual y se profundizará la tragedia fiscal por la dependencia total de Pemex para sostener las finanzas públicas; las peripecias destructivas de “Banxico” en contingencia permanente vaciando a paso veloz las reservas Internacionales, minando, destruyendo las reservas estratégicas del país en una clara abdicación de la soberanía monetaria, sumisión total a la “FED” de EE.UU., y contubernio con los Bancos, especuladores e intermediarios financieros en favor de los cuales con total opacidad y nula rendición de cuentas se rematan sin saber este país a quienes se beneficia con el negociazo de esa devaluación inducida.
Aunque sea decir lo obvio la mayoría de la población comparte con el ilustre visitante principios y valores sin caer en fanatismos, pero se rebela contra virtudes cosméticas que hacen renacer las alergias por la simulación y menos para distraer de los muy graves problemas económicos, sociales y políticos que tienden a rebasar el poder terrenal.
Queda el estigma de “la mexicanización” de su país de origen no solo como preocupación del Papa sino como certera sentencia de la verdad revelada contra la verdad histórica y que después de concluida su visita nadie con elemental cordura osaría antagonizar contradiciéndole a toro pasado y menos cuando de verdad estamos encallados como país y esa si es una verdad absoluta.
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