Un estudio de vida real en la Provincia de Buenos Aires, Argentina, demostró que la vacunación pediátrica contra el coronavirus SARS-CoV-2 evitó el 78.0% de las hospitalizaciones asociadas a la enfermedad Covid-19; sin embargo, con el brote de la variante Ómicron, la protección se vio disminuida.
Argentina fue uno de los primeros países en introducir la vacunación contra la Covid-19 en la subpoblación adolescente, en agosto de 2021 y fue notable que en ese país se inició la vacunación a niños de tres a 11 años de edad en octubre de 2021 con la vacuna de Sinopharm del Instituto de Productos Biológicos de Beijing.
El estudio, que se publica hoy en la revista The Lancet Regional Health Americas, consideró los datos de poco más de un millón 500 mil personas de tres a 17 años, de los cuales un millón 440 mil fueron vacunados y 96 mil no recibieron vacunas hasta el primero de diciembre de 2021.
La protección de dos dosis de las vacunas fue un poco mayor para subgrupo de 12 a 17 años, que recibieron vacunas de ARN mensajero de Moderna y de Pfizer/BioNTech, que tuvo una eficacia de 80%, que para los de tres a 11 años, que recibieron la de Sinopharm y tuvieron una protección del 76.4 por ciento.
Sin embargo, durante el periodo en que circularon en conjunto las variantes Delta y Ómicron, la eficacia promedio de la inmunización para ambos grupos fue de 82.7%, misma que disminuyó al 67.7% cuando Ómicron fue la única variante presente.
Los autores, del Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires, aseguran que vale la pena considerar la administración de una tercera dosis de refuerzo para ambos grupos de edad.
80 por ciento tuvo de eficacia la vacuna de Moderna y de Pfizer/BioNTech entre los menores.
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