Violencia, migración y deforestación afectan al campo mexicano: UNAM

30 de Abril de 2024

Violencia, migración y deforestación afectan al campo mexicano: UNAM

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Foto: UNAM

Desde hace 50 años, el campo mexicano pasa por crisis continuas y profundas, que han deteriorado el bienestar de los productores

Violencia, migración y deforestación son algunos de los problemas que amenazan al campo mexicano, afirmó Elena Lazos Chavero, del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la UNAM.

La experta señaló que otros problemas son deforestación, erosión de suelos, cambio climático, pérdida de agrobiodiversidad y falta de mercados justos.

Desde hace 50 años, el campo mexicano pasa por crisis continuas y profundas, que han deteriorado el bienestar de la mayor parte de las familias campesinas e indígenas. Estas dificultades estructurales se agudizan por los eventos hidrometeorológicos extremos, dijo.

“La variabilidad climática y el registro cada vez más constante de sequías o de huracanes es una situación preocupante, y este panorama hace aún más frágiles a los pequeños y medianos agricultores, porque pierden el fruto de su trabajo, su inversión e incluso la tierra”, puntualizó Lazos Chavero.

Estos factores socioambientales, económicos y políticos, han llevado al empobrecimiento extremo de estas comunidades, con la subsecuente migración de los jóvenes, que buscan un trabajo estable y seguro. “Entonces, se pierde la mano de obra familiar, se origina un envejecimiento de la población del campo y se provoca la venta de tierras”, alertó.

Para enfrentar esa situación, es necesario coordinar directrices ambientales, agroalimentarias (desde la producción hasta el consumo), de bienestar y salud, y que éstas sean el pilar de desarrollo para los pequeños y medianos productores, remarcó la universitaria.

Lazos Chavero, quien coordina un proyecto del Programa de Apoyo a Proyectos de Investigación e Innovación Tecnológica, bajo ese eje, refirió que en el caso del maíz blanco, principalmente para el consumo humano, alrededor del 35 por ciento que se cosecha proviene de grandes productores (con superficies mayores a 50 hectáreas), y de 50 a 65 por ciento de pequeños y medianos agricultores (con extensiones de cinco a 50 hectáreas) de Chiapas, Oaxaca, Veracruz, Puebla, Tlaxcala y Jalisco, entre otros.

Asimismo, recordó que antes había gran agrobiodiversidad, pues además de múltiples variedades de maíces, se sembraban frijoles, chiles, calabazas y tubérculos; ahora hay monocultivos, lo que implica una pérdida importante de productos alimentarios, y con ello un debilitamiento en el control de las semillas por parte de los pequeños y medianos agricultores.

“Los consumidores también tenemos un papel importante, pues se nos olvida lo que cuesta producir una tortilla; no pensamos en el esfuerzo, trabajo, organización y conocimientos que hay detrás de una taza de café, de un chocolate o de cualquier producto que consumimos diariamente”.

Violencia, migración y deforestaciónPor ello, reiteró, es imperioso adquirir alimentos mexicanos cultivados por pequeños y medianos agricultores. “Si adquirimos un kilo de arroz barato, producido en Asia, no sabemos en qué condiciones se produjo ni la calidad nutricional, y además traicionamos a nuestros agricultores. Urge un cambio sociocultural”. NR

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