“Sueña que el mundo contigo puede ser distinto”
Papa Francisco.
Llegamos a la recta final del 2016, hubo sucesos nacionales e internacionales que marcaron historia, ahora, el porvenir se define conforme a nuestras acciones, desde lo personal hasta lo global, hay cierta incertidumbre respecto a lo que podemos esperar.
Cada año nuevo viene con sus particularidades y vicisitudes, nos recuerda lo frágil que es el equilibrio del mundo actual, puesto que la dimensión de los retos actuales no se comparan a lo que nos depara el futuro.
Tan sólo la temperatura global de este año superó todos los records del 2015; esto también ha elevado las cifras de muertes y pérdidas económicas a consecuencia de las inundaciones, sequías y tormentas.
Hemos visto el costo de las guerras y la violencia, que ha provocado una inmensa movilización de personas fuera de sus hogares, para convertirse en refugiados o desplazados internos, debido a las condiciones de riesgo que se viven en sus países de origen.
La penetración de los celulares ha superado las expectativas, sin embargo, hay mayor acceso a las tecnologías de la información que a servicios básicos como agua y electricidad, lo que representa cierta disparidad en el bienestar de la población.
Hasta este año se contabilizan a nivel mundial 1800 millones de jóvenes que no estudian ni trabajan o tienen acceso a la capacitación, lo que representa una alerta para las generaciones actuales y futuras, en relación al empleo y el patrimonio.
Se puso de manifiesto que la discriminación y la intolerancia no fueron erradicados, sólo permanecen latentes a la provocación, y un mal juicio puede terminar en la muerte de inocentes.
Así mismo, el discurso del nacionalismo puede llegar a levantar muros, dividir a un país completo, y causar cierto temor de lo que le espera a la comunidad internacional con el arribo del nuevo presidente estadounidense.
Del otro lado del mundo sucede algo parecido, vimos al Reino Unido separase de la Unión Europea, con posibles consecuencias económicas, que pondrán a prueba la estabilidad y fortaleza de este país.
Mientras tanto, el comercio mundial no tuvo suficiente crecimiento, por ende, la lucha contra la pobreza también se ha visto afectada, además de frenar el desarrollo.
¿Y qué podemos aprender de esto? ¿Acaso no hubo buenas noticias en el 2016?, Ciertamente sí, y es más fácil resaltar todo lo bueno que pasó, pero entonces cómo comprenderemos que necesitamos cambiar.
El cierre de año es el mejor momento para reflexionar, pero ¿qué tan a menudo lo hacemos sobre nuestra participación como ciudadanos, como actores sociales y como defensores de causas que nos atañen a todos?
Para mejorar las cosas, hay que involucrarse y saber lo que sucede a nuestro alrededor, cuando lo hacemos, entonces llegamos a darnos cuenta que todo está ligado, desde el cambio climático hasta la migración, o el bullying con el uso excesivo del celular.
El mundo no pide al tiempo que cambie, necesita que la humanidad lo haga. Que levante la mano, la voz, que se haga presente.
Te deseo el mejor de lo éxitos en todos tus proyectos y que el bienestar y la prosperidad estén presentes en tu vida.
*Analista en temas de Seguridad, Justicia, Política y Educación *Si deseas recibir mis columnas en tu correo electrónico, te puedes suscribir a mi lista en el siguiente vínculo: https://eepurl.com/Ufj3n