Hace dos meses se lanzó una alerta sobre la posibilidad de que ingresaran a México tres presuntos terroristas de Isis, un iraquí y dos egipcios, que habían sido detectados en Costa Rica y luego en Panamá; la mayoría de los medios de comunicación difundieron lo que en ese momento era muy delicado y movilizó a todas las oficinas mexicanas para detenerlos, no sólo por la posibilidad de que fueran terroristas, sino por las tensiones económicas y migratorias que en ese momento estaban en su peor momento con Donald Trump. Resulta que la oficina de Seguridad Nacional estadounidense se equivocó, al menos el funcionario que elaboró el boletín de alerta, los tres hombres fueron capturados en Nicaragua y los regresaron a Costa Rica, y allí los investigaron completitos y comprobaron que ni eran de Isis ni de algún otro grupo terrorista; lo único malo es que siguen en el país centroamericano donde no saben qué hacer con ellos, oséase, los agentes de Estados Unidos ya se lavaron las manos.