Redacción ejecentral
Dylann Roof, autor de la masacre en una iglesia de Charleston, en junio de 2015, fue sentenciado a pena de muerte tras ser hallado culpable por un jurado federal de Carolina del Sur.
Antes de que los doce jurados dieran a conocer su veredicto, el sujeto que mató a nueve afroamericanos que asistían a clases sobre la Biblia, aseguró al jurado que sentía que “no tenía otra opción”.
“En mi confesión al FBI les dije que tenía que hacerlo”, afirmó Roof en sus cinco minutos de argumentos finales. “Todavía siento que tenía que hacerlo”, agregó.
Su declaración siguió a la del fiscal acusador en una corte de Charleston, Carolina del Sur, donde pidió al jurado la pena de muerte en vez de una cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional.
El fiscal señaló que Roof fue un asesino calculador motivado por el odio y el racismo y que su carencia de remordimiento todavía dejan una marca, que afirma, será imposible de superar para los familiares de las víctimas.
Roof, de 22 años, rechazó usar su salud mental como atenuante para evitar la pena de muerte. En un escrito hecho a mano dirigido al tribunal federal de Carolina del Sur, explicó que “no pediría exámenes mentales de expertos o presentaría pruebas de salud mental”.
Previamente, Roof tomó esa decisión tras desdeñar en un diario a la psicología: “Me opongo moralmente a la psicología. Es una invención judía y que no hace otra cosa sino inventar enfermedades y decirle a la gente que tiene problemas cuando realmente no los tiene”, escribió el condenado en su diario.
Dylann Roof fue declarado culpable de 33 cargos de crimen de odio después del juicio de seis días sobre el múltiple asesinato.