Todos, en algún punto, hemos pensado que el dinero podría darnos plenitud y felicidad. ¿Qué creen? Nos equivocamos. No puedo negar que si me ganara la lotería (millones y si se puede de euros mejor), me iría de fiesta una semana completa para celebrarlo. Lo que sí puedo afirmar es que al terminar el gran festejo, la cruda realidad tocaría mi puerta y me daría cuenta de una cosa: mi felicidad fue efímera, porque por la misma puerta entrarían nuevas preocupaciones y tentaciones que podrían acabar conmigo. ¿Por qué? Porque el escenario cambia, pero los demonios internos siguen siendo los mismos.
Sí, es cierto que el dinero reduce los niveles de estrés porque ayuda a resolver nuestras preocupaciones. También, gastar en algún capricho siempre sienta bien pero repito, ahí no se encuentra la felicidad. El dinero sólo nos brinda comodidad. Cuando no sabemos manejarlo llegan golpes emocionales, de ahí que muchas adicciones y problemas surjan.
Hay muchas pruebas que demuestran que las personas con poder y dinero, no son más felices (ni mejores) que aquellas que no tienen ese nivel de vida.
1. Los ricos se suicidan.
Lo hacen porque el dinero no tiene la capacidad de llenar los vacíos del alma. Ejemplos: Marylin Monroe: Actriz, modelo y productora. Fue encontrada muerta a los 36 años el 5 de agosto de 1962 por una sobredosis de narcóticos.
Kurt Cobain: Cantante del grupo Nirvana. Debido a las depresiones que padecía, se disparó en la cabeza en abril de 1944.
Elvis Presley: El rey del rock and roll, murió de un infarto causado por una sobredosis en agosto de 1977.
Anna Nicole Smith: Ex conejita de Playboy. El 8 de febrero del 2007, fue encontrada muerta en la habitación de un lujoso hotel. Se ahogó con su propio vómito tras ingerir una fuerte dosis de antidepresivos. Nunca pudo superar la muerte de su hijo.
Lucy Gordon: Actriz y modelo francesa. Tenía una crisis depresiva y se ahorcó a los dos días de haber cumplido 29 años, en mayo del 2009.
Robin Williams: Actor. Se ahorcó con su propio cinturón. Padecía depresión.
2. Las contras de ganar la lotería o una buena herencia.
Algunos estudios demuestran que el 80% de las personas que han ganado un premio importante de lotería, lo pierden en los próximos 10 años. En USA, el 75% lo pierde en los siguientes 5 años. Cuando la gente no está preparada para recibirlo, los gastos innecesarios e impulsivos no tardan en llegar. Los negocios que se emprenden fracasan porque no existen los fundamentos necesarios para que sobrevivan a la dureza de la competencia y a la demanda tan fuerte del mercado; y los problemas económicos regresan con más fuerza. Siempre debe haber un plan de acción, porque soñar no cuesta pero despertar sí.
3. Millonarios que tienen todo menos tiempo.
¿De qué sirve tener millones si trabajas de sol a sol, si no tienes tiempo para conducir tus coches favoritos, disfrutar de tu familia, de los amigos que con el tiempo o por la falta de tiempo se van perdiendo, de viajar? Esa es la gran pobreza de ser rico, no tener tiempo para vivir.
El problema no es tener dinero, sino dejarse corromper por él. La gente pierde el asombro y deja de valorar los pequeños detalles que hacen que la vida sea maravillosa. No digo que el dinero sea malo, sólo coincido con Scott Fitzgerald: “El dinero ha aniquilado más almas que el hierro cuerpos”.
A mí, lo que más me ha llenado en la vida ha sido: Un apapacho, mis amigos, un beso, mi familia, dormir, reírme hasta que me duela la panza, recordar los mejores momentos, emocionarme cuando suena mi canción favorita y ver los atardeceres. Y, ¿qué creen? No pagué por ello. No tiene precio comprender que estar viva es un milagro y una fortuna. Por eso me considero la mujer más rica del mundo, no por lo que tengo, sino por lo que he vivido.