Sin un lugar para esconderse es el título con el periodista Glenn Greenwald alerta a la población de la pérdida de sus libertades civiles en la Red en un momento que hace pensar en el auge del estado actual de súper vigilancia.
Ejemplos hay de sobra. La reciente sospecha al nuevo juguete inteligente de Mattel, Barbie Hello -denominado mediáticamente como “Barbie Espía”, una especie de agente 01800MATTEL- permite elevar sospechosismos infinitos.
Barbie Hello contiene un micrófono incorporado y conexión wifi. Cuando una infante le habla, la empresa ToyTalk recibe esa grabación y procesa una respuesta “inteligente” a través de un sistema de reconocimiento de voz. Además, almacena las grabaciones en la nube para el uso del segundo corporativo de juguetes del mundo.
La privacidad en la información está en jaque. ¿A dónde irán a parar todas las grabaciones?, ¿será que está conectada a un centro de recopilación de datos para estudios de mercado?
La organización Campaign for Commercial-Free Childhood (CCFC) solicitó a la compañía californiana que no comercialice la muñeca ante los posibles riesgos que conlleva, uno de ellos el uso comercial deshonesto.