La polarización política en México ha ido creciendo constantemente desde 2017, y todo parece indicar que lo seguirá haciendo a pesar de que implica diversos riesgos tanto para la vida democrática del país como para la vida cotidiana de las personas.
Esta es una de las conclusiones del libro Polarización estratégica en redes sociales que publicaron El Colegio de México y el Instituto Nacional Electoral, y donde hacen un análisis de diversas redes de usuarios de Twitter entre 2017 y las primeras semanas de 2021.
Para los autores, la polarización “constituye una forma potencialmente patológica de distanciamiento y oposición entre alternativas políticas que puede tener efectos perversos”, como “la parálisis institucional, el abandono del debate democrático” y que se llegue a “justificar violaciones a los procesos legales y atentar contra la equidad de la contienda democrática”.
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Además, se ha visto que genera “segregación, oposición y conflicto” entre las personas y hace que haya “una menor confianza interpersonal y capacidad de cooperación”.
Al analizar las tendencias en Twitter, los autores identificaron 17 bloques de cuentas agrupados en cinco comunidades distintas que, conforme avanzó el tiempo, se fueron distanciando cada vez más entre quienes apoyaban al gobierno y quienes se declaraban en su contra; uno de sus hallazgos fue que el distanciamiento no se limitó a los periodos electorales de 2018 y 2021.
“La polarización puede ser una estrategia exitosa y con rentabilidad electoral” señalan los autores, y como “todo indica que el futuro seguirá siendo uno de creciente polarización” invitan a instituciones, opinión pública y a la ciudadanía en general a que “busquen mecanismos para reducir, en la medida de lo posible, la confrontación y sus efectos perversos”.
“Las democracias surgen justamente para dirimir de manera pacífica el conflicto, pero para su funcionamiento se requieren ciertos consensos mínimos sobre las reglas de la contienda, incluyendo la noción de que una competencia polarizada e inequitativa resulta, a fin de cuentas, socialmente costosa e indeseable”, concluyen.
Moraleja. El texto argumenta que la democracia es el mejor mecanismo para dirimir las diferencias políticas e ideológicas.
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