Con el inicio de la crisis de salud ocasionada por la Covid-19, los problemas de salud integral se multiplicaron en todo el mundo, y la calidad y horas de sueño fue uno de ellos. Según el informe “Buscando soluciones: cómo la Covid cambió el sueño alrededor del mundo”, el 55% de las personas encuestadas reveló insatisfacción con sus rutinas de sueño durante 2020, y el 70% reportaron experimentar uno o más problemas a la hora de dormir.
›El estudio, que tomó en cuenta a 13 mil personas a lo largo de 13 países, también puso sobre la mesa los factores que dificultan una buena noche de descanso, siendo la incertidumbre económica y los retos financieros el principal motivo, al presentarse en 53% de los encuestados. Las responsabilidades laborales también fueron uno de los principales factores, ya que ocuparon el 44 por ciento.
Ante este panorama en el que 37% de las personas admitieran que la pandemia ha impactado negativamente su habilidad para dormir bien, son varias las estrategias que se han ocupado para asegurar una noche tranquila. La lectura es la principal de ellas, al ocupar el 39% de las personas con insomnio, seguida de ver televisión antes de conciliar el sueño, con 37 por ciento. Escuchar música es la tercera más popular al ser utilizada por 37%, y aunque se trata de una de las principales recomendaciones que hacen los expertos para dormir bien, el establecer una rutina para acostarse y dejar la cama quedó en cuarto puesto con el 30 por ciento.
En alternativas menos saludables, 11% de las personas aceptó consumir bebidas alcohólicas al momento de dormir, y el 15% optó por la medicación.
Las 6.9 horas promedio de sueño por día entre semana que los participantes encuestados reportaron, abren la puerta a otros problemas de salud. Según los Centros de Control y Prevención de Enfermedades, los adultos que tienen menos de 7 horas de sueño cada noche, tienen más probabilidades de tener obesidad y hábitos de tabaquismo.
Entre los principales obstáculos para dormir, la apnea de sueño es la más común y es padecida por mil millones de personas en todo el mundo. Los temores de tener esta condición son compartidos por el 27% de los encuestados, a los que les preocupa estar en riesgo, mientras que el 31% creen que sus respectivas parejas podrían tenerlo.