Asesinato de periodista, una tragedia para la sociedad

17 de Mayo de 2024

Asesinato de periodista, una tragedia para la sociedad

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La violencia hacia este gremio es “una mala noticia que se ha hecho recurrente en este gobierno, pero sin que se detengan los crímenes ; por ello es tiempo de revisar y reflexionar sobre qué factor es el que está fallando

“El brutal asesinato de Luis Martín Sánchez es una tragedia, no sólo para sus allegados, sino para toda la sociedad mexicana”, sentenció Reporteros Sin Fronteras en su comunicado publicado el pasado 10 de julio.

Nada más cierto. Es una tragedia que ha azotado al país de manera despiadada desde hace casi dos décadas y especialmente en la actual administración, ello a pesar de que a su llegada al gobierno el presidente Andrés Manuel López Obrador, dijo,

“en mi gobierno no habrá más asesinatos de periodistas”. Hoy en el ocaso de su administración sólo ha atinado a decir, “es una mala noticia”.

Sí, una mala noticia que se ha hecho recurrente en este gobierno, sin que haya logrado detener los asesinatos de periodistas. Es tiempo de revisar y reflexionar en qué es lo que está fallando. Vale preguntar ¿qué hace que un grupo armado pueda entrar por un periodista a su casa, y llevarse su equipo de trabajo sin que nadie se de cuenta?

El asesinato de Luis Martín Sánchez Iñiguez, es más que una mala noticia, es una pérdida irreparable para su familia para sus compañeros y para la sociedad que ante hechos de horror como este se siente vulnerable y desprotegida.

El mensaje dejado en el cuerpo del periodista “publiquen lo que quieran pero con la familia no”, es un mensaje dirigido claramente a los periodistas y medios pero también para cualquier ciudadano que se atreva a ejercer su libertad de expresión. El mensaje es claro. ¿Qué sigue para la prensa en Nayarit?, ¿la censura y el principio de una zona de silencio? Muy posiblemente.

Caminos de la muerte

Nayarit un estado con un

millón 235 mil 456 habitantes, según el censo oficial de 2020. Se ubica en medio de cuatro de las entidades donde se han registrado en los últimos años hechos de violencia extrema, Sinaloa, Jalisco, Zacatecas y Durango.

Es una entidad gobernada desde 2021 por el morenista Miguel Ángel Navarro Quintero, donde la inseguridad creció en 2022, en más de 46.8 %, en comparación al año anterior. Y los asesinatos se incrementaron, en particular, en la capital desde 2021 a la fecha.

›También es un estado con más de mil 200 personas desaparecidas en los últimos cinco años, según reportó Luis Martín en una de sus notas publicadas en La Jornada en diciembre 2022. Un estado

controlado en su totalidad por el CJNG, según el documento

“Mexico: Organized Crime and Drug Trafficking Organizations”, la violencia se ha incrementado en los cinco años en aquella entidad, llegando a su capital, Tepic.

Es necesario mirar este contexto para entender el por qué del asesinato del periodista Luis Martín Sánchez Iñiguez, y la privación de libertad de dos de sus compañeros. Ver un asesinato aislado de su realidad de extrema violencia es sólo verlo como un daño colateral y como dijo el Presidente como una “mala noticia”, como si hubiera sido un accidente cualquiera.

Frente a ello cobra mayor sentido el reclamo en el

comunicado de Reporteros Sin Fronteras, “el nivel de violencia contra los periodistas se ha descontrolado en México y no puede normalizarse.

El Estado tiene que demostrar urgentemente que está decidido a cambiar esta realidad. Las autoridades mexicanas deben transformar la lucha contra la violencia hacia los periodistas en una prioridad. Mientras ésta se perciba como un simple efecto colateral de la violencia estructural que afecta a México de manera más amplia, y no como ataques constantes a la democracia, no se podrá romper este círculo vicioso de violencia extrema y censura”.

En esta tragedia, vale la pena recordar que el asesinato de Luis Martín nos viene a recordar la enorme deuda del Estado mexicano con los periodistas, no sólo de garantizar su protección, sino de frenar la impunidad por ello escuchar la voces de cientos de sus colegas el lunes 10 de julio, en protestas realizadas en diferentes entidades del país como Jalisco, Oaxaca, Veracruz, Aguascalientes y en Nayarit, fue un grito de justicia que no debe pasar desapercibido. La impunidad no tiene caducidad, y el gobierno local y federal deben actuar frente a ella.

Luis Martín Sánchez, corresponsal del diario nacional La Jornada, y colaborador del medio local Criticadn.mx, fue hallado muerto con signos de tortura y con un mensaje de sus victimarios, el pasado 8 de julio en Nayarit después de haber sido privado de su libertad por más de 48 horas, sin que se conociera su paradero.

A sus victimarios no les bastó con llevárselo, también sustrajeron su equipo de trabajo, sus discos de respaldo, además de sus documentos personales, entre otros implementos.

¿Qué buscaban los asesinos entre sus pertenencias?, ¿a quién afectó el trabajo periodístico de Luis Martín Sánchez?, ¿qué investigaba en ese momento el periodista que tanto odio se mostró en su asesinato? ¿Qué relación existió entre las privaciones de libertad previas a él de sus dos compañeros y su homicidio?; ¿quién y porque ordenó primero la privación de libertad de Luis Martín y luego su asesinato?

Todas esas y más preguntas deberá resolver la Fiscalía General de Justicia de Nayarit y desde luego priorizar el trabajo periodístico de Luis Martín.

Habría que reconocer si es que la Fiscalía Especializada de Atención de Delitos cometidos contra la Libertad de Expresión de la Fiscalía General de la República solicita de manera inmediata la atracción de la investigación, esto si el Estado mexicano quiere garantizar que las investigaciones avancen y no permitir la impunidad, pues no hay que olvidar que la impunidad se construye en el lugar de los hechos con todo lo ello significa.

*Corresponsal de Reporteros sin Fronteras en México.

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