Así los días

15 de Agosto de 2025

Diana Loyola

Así los días

circuitointerior

Ésta ha sido sin duda una semana rara, pasaron más cosas de las que logré integrar. Mucho movimiento, interno y externo, y sin embargo siento que todo ha sido a favor, hasta los eventos que no lo parecen.

Tengo la sensación de estar fuera de foco, poco concentrada y con una calma y una paciencia que me han ayudado enormemente a sortear lo que Mercurio retrógrado se empeña en poner de cabeza. Han sido días para mí de muchos traslados, tráfico, lluvias; en auto y sin él, viajando en metro, en taxi, en metrobús y a pie… también de apreciar la ciudad con todo y eso; de verla entera, con sus luces y sus sombras; de ver zonas llenas de baches, encharcamientos absurdos y congestionamientos vehiculares sin nombre; de ver gente madrugadora vendiendo antes del amanecer tamales, atoles y tortas; papelerías, panaderías y hasta ferreterías abiertas desde muy temprano; gimnasios casi llenos antes de las 7 de la mañana; personas con gesto triste y desangelado que viven en coladeras entre los puentes del Circuito Interior; gente con historias, con encuentros, con desencuentros, con experiencias únicas que sin embargo son lugares comunes… He abrazado a una ciudad que vibra, que late, que respira.

He comido chiles en nogada que han sido poesía para el alma, alimento para el espíritu y motivo de felicidad para la panza; gelatina de horchata que me hace sonreír al evocarla; pan de muerto aunque apenas sea septiembre (para cuando lean esto ya será octubre); ponche navideño de frutas (que vende un marchante en mi colonia desde hace unas semanas) que me invita a beberlo tan despacio que cuando abro los ojos siento que pasó una eternidad… y otras delicadezas que me han brindado felicidad y me han llenado de gratitud el corazón.

Entre una comida y otra, la histeria colectiva al volante, las prisas que devoran, los cláxones sin consideración y hasta la alarma sísmica han hecho acto de presencia. Insisto, han sido días raros que mezclan momentos de intenso gozo y disfrute con momentos no gratos.

La vida que va y viene, el vaivén de los labios que sonríen o que hacen muecas, el movimiento externo que acomoda varios caos en un mismo espacio, el billete de veinte pesos que me encontré o la moneda de un cuarto de dólar que rodó hasta toparse con mi pie… el mismo día; los encuentros afortunados con personas muy queridas (ustedes saben quiénes son) y los trámites burocráticos no resueltos por no llevar papeles que sólo a la creatividad y al ingenio mexicano se nos pueden ocurrir. Días complejos, completos y sorprendentes. Así la vida que abraza y que abrasa, así los días, y así yo. Un abrazo.

¡Hasta la próxima!

@didiloyola