Por tercer día consecutivo, el presidente Andrés Manuel López Obrador sacó a relucir el atentado en contra del periodista Ciro Gómez Leyva, pero esta vez fue distinto. No fue la prensa quien le preguntó, él mismo sacó el tema y lo hizo para hacer una acusación: “fue un autoatentado”.
Desde el viernes, cuando se informó sobre el ataque, el mandatario expresó su solidaridad con el comunicador y aseguró una investigación a fondo para dar con los responsables y la razón del mismo. Sin embargo, comenzó a sacar hipótesis.
El primer día fue empático, pero señaló que un ataque a un dirigente de opinión pública “genera mucha inestabilidad política”. El lunes, rechazó las conjeturas, pero luego lanzó sus propias hipótesis: o fue la delincuencia organizada por su labor periodística o grupos contrarios a su administración que buscaban afectarlo.
›Este martes, mientras hablaba de los casos de presunta corrupción en el Poder Judicial y de jueces, López Obrador aseguró que antes ni siquiera se daban a conocer, pero que ya había avances, que ya no hay impunidad. Y en eso, nuevamente mencionó el caso. Su intervención parecía exigir sólo una investigación a fondo y que no haya carpetazo.
“Sí hay algunos avances, pero están trabajando y hay voluntad por parte de nosotros, no queremos que haya carpetazo, que no quede por nosotros, vamos a meternos a fondo, porque no es un asunto menor”, señaló, pero luego insistió en su hipótesis: “O sea, quisieron asesinarlo o intentaron hacerlo, y si no fue así, el propósito era generar un conflicto mayor, desestabilizar al país, que eso también es un crimen”.
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Los reporteros cuestionaron por los 11 periodistas asesinados en este año, y que lo que motiva estos homicidios es el alto grado de impunidad que prevalece, pero el Presidente lo negó. “No, eso era en el gobierno anterior y en el gobierno de (Felipe) Calderón, cuando ustedes, con todo respeto, se quedaban callados, pero ya no es así. Lo negó pese a las 11 familias que hoy lloran a sus muertos y que no han tenido justicia.
De nuevo acusó a los medios de comunicación de quedarse callados cuando había represión y autoritarismo, y ahora, por razones políticas y económicas, “se volvieron paladines de la libertad”. Continuaba su ataque contra la prensa.
Pero no paró. Volvió al tema del ataque contra el periodista y escaló su hipótesis. “Cuando plantean lo de Ciro, de que pudo ser un autoatentado, no porque él se lo haya fabricado, sino porque alguien lo hizo para afectarnos a nosotros, no lo descarto”.
Pero el mandatario olvidó el significado de “autoatentado” o hizo como que no lo sabía. Tácitamente acusó a Ciro Gómez Leyva de planear su atentado para desestabilizar al país.
Incluso afirmó que, de tener pruebas, se presentarían denuncias, pues sea quien sea no hay privilegios ni impunidad.
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