Aumento a los programas de Bienestar, un espejismo

7 de Octubre de 2024

Aumento a los programas de Bienestar, un espejismo

programas de Bienestar

Si bien los recursos para las pensiones de adultos mayores tendrán un incremento histórico, en su conjunto los programas de subsidios tienen menos asignaciones que en el promedio del sexenio pasado

Con la aprobación del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) para 2023, este martes en la Cámara de Diputados, la Pensión para Adultos Mayores se consolida como el programa social que más recursos obtendrá, hasta llegar a la insólita cantidad de 335 mil millones de pesos, lo que equivale a un aumento de 629% respecto de lo que se gastaba en 2018 (46 mil millones de pesos).

Sin embargo, el aumento exponencial en los apoyos sociales a las personas mayores de 65 años es un espejismo, ya que el incremento ha sido a costa de otros programas sociales en materia de salud, educación y seguridad, y no corresponde a un aumento general a la política de subsidios; al contrario, los apoyos en este gobierno son menores al promedio de los que se otorgaron en el sexenio anterior.

De acuerdo con el PEF aprobado este martes, los programas de subsidios —que abarcan 71 instrumentos de apoyo social, becas, subvenciones para tarifas eléctricas, fondos y estímulos— ascienden a 951 millones de pesos, cifra inferior al billón de pesos que se llegó a gastar en 2015 y a los 972 mil millones de 2016.

Para la organización México Evalúa, especializada en análisis del gasto público y evaluación de políticas públicas, la apuesta para 2023 es clara: “El gasto en subsidios busca concentrar cada vez más los recursos en programas asociados mediáticamente al partido en el poder, sacrificando instrumentos con verdadero impacto social en salud, seguridad, educación y equidad de género”.

Al respecto, el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), también especializada en revisión del gasto público, advierte que “las pensiones para el bienestar presentan un incremento de 32.8 % respecto a lo aprobado en 2022, sin tener una fuente de financiamiento que sea sostenible en los años subsecuentes.

Una de las fuentes de financiamiento en el corto plazo es la desaparición de programas, entre ellos el Seguro de Vida para Jefas de Familia, Conservación y Aprovechamiento Sustentable de la Vida Silvestre y Acciones Estratégicas para Enfrentar los Efectos Adversos del Cambio Climático, que para 2023 ya no tuvieron asignaciones.

Otra fuente de financiamiento son los recortes a otros programas prioritarios. Entre ellos está el de Subsidios a Organismos Descentralizados Estatales que son destinados a educación media y superior, así como a capacitación para el trabajo (-10 % respecto de 2018), Subsidios en Materia de Seguridad Pública (-8.4 % respecto de 2018), Insabi e IMSS-Bienestar (-4 % respecto de 2022) y Jóvenes Construyendo el Futuro (-28 % respecto de 2019).

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