El Banco de México dio a conocer su decisión de política monetaria, la cual fue que la tasa de interés quedara inamovible por séptima reunión consecutiva. Aunque los analistas anticipaban que la tasa no sufriera modificación en esta ocasión, lo relevante recae en las expectativas de inflación para los primeros tres trimestres de este 2024, ya que el instituto central estima una mayor inflación a la que preveía en su anterior junta que se llevó a cabo en diciembre pasado.
Las presiones inflacionarias en México se han incrementado en los dos últimos meses, es decir, en diciembre y en enero, lo que explica en parte el ajuste en el pronóstico inflacionario, además de un crecimiento económico más moderado en el tercer trimestre.
Según el informe, los riesgos que tiene en el radar el Banco son: la persistencia de la inflación subyacente en niveles elevados, la depreciación del tipo de cambio, mayores presiones en los costos, conflictos geopolíticos y las perturbaciones climáticas.
“Desde la última reunión de política monetaria, la inflación general anual exhibió un ajuste al alza. En enero se ubicó en 4.88%. Ello, debido al repunte del componente no subyacente, el cual se caracteriza por exhibir una marcada volatilidad. La inflación subyacente, que refleja de mejor manera la tendencia de la inflación, siguió descendiendo. No obstante, aún permanece en niveles relativamente altos al situarse en 4.76% en ese mismo mes”, señala el documento.
Los pronósticos
Para el primer trimestre espera que la inflación promedie 4.7%, cuando en su anterior pronóstico fue de 4.3%, lo que extendería la cuesta de enero. Para el segundo trimestre la previsión es de 4.3%, por arriba del 4.1% anterior. El tercer trimestre sería de 3.9%, mayor al 3.8% previo.33 la inflación conversa 3.5%, igual a estimado anteriormente.
A pesar de estas revisiones, se espera que la inflación general converja hacia la meta del 3% en el segundo trimestre de 2025, gracias a la política monetaria actual y a la mitigación de los choques derivados de la pandemia y de la situación en Ucrania. Sin embargo, se reconoce que persisten retos importantes en el horizonte económico.
El tipo de cambio reaccionó desfavorablemente ante una inflación más alta a lo pronosticado. El peso cedió 0.84%, y el dólar ascendió 17.16 unidades, desde su cierre previo de 17.0260 del miércoles.