A unos días de disputarse la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Guatemala, cientos de militares salieron a las calles para custodiar el proceso que culminará el próximo domingo.
A través de sus redes sociales, el Ejército de Guatemala confirmó que el despliegue de militares responde al objetivo de “mantener la gobernabilidad, la paz y la tranquilidad de la población”.
Dichos operativos se desplegaron en regiones como San Marcos, Escuintla, Petén y en la Antigua Guatemala, con efectivos pertenecientes a la Policía Militar, Brigada de Paracaidistas y Operaciones de Montaña.
Sin embargo, Nery Rodenas, director de la Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado de Guatemala, advirtió que podría tratarse de un mensaje del Estado en respuesta al favoritismo del candidato opositor, Bernardo Arévalo.
“Eso llama poderosamente la atención. Esperemos que no pase a más. Preocupa que en un contexto donde se habla de fraude, golpe de Estado y otras actuaciones antidemocráticas se estén realizando acciones militares”, indicó en entrevista para El Universal.
Rodenas enfatizó en que Guatemala no vive una situación de emergencia nacional que justifique la presencia de militares por todo el país; recalcó que “de alguna manera, puede ser un mensaje de presencia estatal en todo el territorio”.
Pacto con militares en Guatemala
Previo a que los guatemaltecos salgan a las urnas, Sandra Torres, recibió el respaldo de la mayor organización de militares veteranos del país.
En conjunto con la abanderada de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), los militares tacharon a su rival político como “una amenaza para la democracia y para las familias”.
En su turno al micrófono, Torres Casanova -considerada por los analistas como la continuidad al régimen de Alejandro Giammattei– aseguró que de llegar a la presidencia Arévalo, disolvería al Ejército, legalizaría el matrimonio igualitario y promovería la expropiación de la propiedad privada. “No queremos comunismo”, lanzó.
En este contexto, una encuesta realizada por CID Gallup y la Fundación Libertad y Desarrollo dio como ganador a Arévalo con el 50 por ciento de la intención del voto; mientras que Sandra Torres alcanzó el 32 por ciento. EJ
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