De Paseo | Puebleando por los alrededores de Lisboa
Los alrededores de la capital de Portugal despliegan una diversidad de destinos históricos y pintorescos, impregnados de tradición y belleza, ideales para los visitantes del mundo
En la edición anterior exploramos Lisboa y sus encantos. Pero esta vez te llevamos en un viaje hacia los encantadores pueblos al norte de la ciudad. Así, encontrarás lugares para todos los gustos: históricos, religiosos o de impresionante belleza natural. Puedes organizar tu visita alquilando un carro y decidiendo los tiempos en cada destino, o contratando un tour que te llevará de regreso a Lisboa al final del día. Aquí te mostramos los lugares que no puedes perderte.
Monasterio de Santa María de la Victoria en Batalha
Construido en 1386 por san Nuño de santa María y el rey Juan I para conmemorar el triunfo sobre los ejércitos de Castilla, este monasterio se erige como un símbolo nacional portugués. Su construcción, que tomó dos siglos, refleja la influencia de cada arquitecto que participó en ella.
El monasterio, gran ejemplo del gótico portugués o estilo manuelino, exhibe una fachada que refleja el gótico flamígero en los ventanales. El pórtico está adornado con una profusión de esculturas, con 78 figuras de reyes del Antiguo Testamento dispuestas en seis filas, así como los 12 apóstoles a los lados de la puerta.
En la parte superior se encuentra una representación de Jesús Pantocrátor (todopoderoso) junto a los evangelistas. Un aspecto sorprendente del monasterio son las Capillas imperfectas o inacabadas, un espacio octagonal, originalmente destinado como mausoleo, pero abandonado por el rey Manuel I en favor de la construcción de los Jerónimos de Belém en Lisboa.
Las capillas permanecen al aire libre, sin la construcción de la bóveda, con una decoración que parece un encaje o filigrana. Otro lugar destacado para visitar es el claustro, que cuenta con un hermoso jardín.
Santuario de Fátima
En 1917, en un descampado en el poblado de Fátima, tres niños pastores afirmaron haber visto a la virgen María, quien les había transmitido varias profecías. Aunque la Iglesia recibió con desconfianza estas apariciones, el pueblo abrazó el culto a la virgen.
En 1928 inició la edificación de la Basílica de Nuestra Señora del Rosario, de estilo neobarroco. Este edificio blanco cuenta con una delgada torre de 65 metros de altura y lo rodea una elegante columnata.
Aunque su interior es sencillo, la visita a este santuario es una experiencia que trasciende las creencias individuales. Una gran explanada separa este templo de una basílica moderna inaugurada en 2007, dedicada a la Santísima Trinidad.
El dato. Nazaré es una pintoresca localidad costera a 130 kilómetros al norte de Lisboa, famosa por sus olas gigantes, que alcanzan hasta 20 metros de altura en invierno.
Vista del Monasterio desanta María de la Victoria en Batalha
Óbidos:
Este encantador pueblo amurallado transporta a sus visitantes al siglo XII. Su nombre, derivado del latín oppidum, significa “ciudadela” o “ciudad amurallada”. Desde la época de los celtas, romanos y visigodos, Óbidos ha sido testigo de diversos acontecimientos históricos. En 711 fue tomada por los moros como parte de su conquista de la península ibérica. En 1148, el primer rey de Portugal, Alfonso Henriques, la reconquistó. En 1282, el rey Dinis entregó la ciudad a su esposa, la reina Isabel de Aragón, y desde entonces, Óbidos formó parte de las posesiones de las reinas portuguesas.
El ingreso a Óbidos es a través de la Porta de Vila, que recibe a los visitantes con una encantadora capilla de azulejos azules del siglo XVIII. La rua Direita es la calle principal que conduce a la plaza de santa María, donde se encuentra la iglesia principal de la villa.
A pesar de su atractivo turístico, con tiendas de artesanías, librerías y cafeterías, Óbidos conserva su encanto histórico. Sus casas blancas con techos de teja roja son emblemáticas.
Una experiencia imperdible es caminar por sus murallas de un kilómetro y medio de extensión, que ofrecen vistas panorámicas impresionantes. El castillo, considerado una de las siete maravillas de Portugal por su belleza y conservación, forma parte de la cadena de albergues del país y sus jardines son un lugar ideal para pasear.
Nazaré:
Según la leyenda, en 1182 la virgen María salvó a un noble y su caballo de caer por acantilados ocultos por la niebla. En agradecimiento, el noble erigió una ermita, dando origen a Nazaré. La capilla y la iglesia fueron un importante centro de peregrinaje mariano hasta que el Santuario de Fátima lo desplazó.
Este pequeño pueblo pesquero es la capital europea de las olas gigantes, atrayendo
a surfistas de todo el mundo. Las olas pueden alcanzar
hasta 20 metros de altura.
Observar su velocidad y fuerza es todo un espectáculo. No te pierdas la vista desde el mirador, donde podrás admirar la playa y sus olas.
› No te pierdas el Santuario de Fátima, con sus apariciones marianas, y el Monasterio de santa María de la Victoria en Batalha, ejemplar del gótico portugués. Nazaré y sus playas, además de Óbidos, un encantador pueblo amurallado desde el siglo XII.
