El otro flagelo que trae el sarampión
En ciertas ocasiones el virus de este padecimiento puede mutar, abrirse camino a través del cerebro y causar una enfermedad devastadora

Con el aumento de los casos de sarampión en México y el mundo es posible que regrese otra enfermedad que prácticamente había desaparecido en buena parte del planeta. Esto se debe a que sólo ocurre en alrededor de uno de cada 10 mil casos de sarampión, cuando el virus que la produce llega al cerebro, muta e invade este órgano. Esta rara y letal enfermedad se llama panencefalitis esclerosante subaguda.
El nombre significa que es una inflamación de todo el encéfalo, que produce esclerosis (o fibrosis) y que si bien no es una enfermedad aguda, que se manifiesta con fuerza en pocos días, se desarrolla gradualmente a lo largo de semanas o meses.
Detectar esta enfermedad es particularmente difícil, ya que pueden pasar entre cinco, diez o más años después de la infección inicial para que el virus del sarampión mute y se propague por todo el cerebro. Cuando lo hace, los síntomas de esta enfermedad neurológica progresiva incluyen pérdida de memoria, convulsiones e inmovilidad.
El paciente y el investigador
Recientemente, el virólogo Roberto Cattaneo y su equipo de la Clínica Mayo analizaron muestras del cerebro de una persona que sucumbió a la panencefalitis esclerosante subaguda en 2010, y pudieron mapear genéticamente cómo ocurrió la invasión del encéfalo.
El paciente, un residente de Estados Unidos, había contraído el virus del sarampión cuando era niño. En diciembre de 2008 empezó a presentar signos clínicos compatibles con la panencefalitis. Para febrero de 2010, a la edad de 24 años, falleció por esta enfermedad, revela el reporte de la investigación publicado en la revista PLOS ONE en diciembre de 2023.
Hace unas cuatro décadas, Cattaneo comenzó a estudiar el virus de ARN que causa el sarampión y la panencefalitis esclerosante subaguda (PEES) asociada a la misma. Pero con la casi desaparición del sarampión en muchas regiones del mundo debido a la vacuna, el virólogo había dejado su investigación sobre la segunda enfermedad.
Desde hace unos años, con la reticencia a la vacunación que se ha dado en muchos países y el temor de que esta “horrible enfermedad”, pueda regresar, Cattaneo retomó su trabajo sobre la panencefalitis.
Camino del cerebro
Normalmente, el virus del sarampión, cuyo material genético es de ARN, ataca las células del tracto respiratorio superior; después se propaga a través de los vasos linfáticos y la circulación sanguínea a la mayoría de los demás tejidos. Las características manchas rojas de sarampión que aparecen en todo el cuerpo se deben a respuestas inmunes locales contra las células infectadas.
En el caso del paciente de Cattaneo, las 15 muestras de diferentes regiones del cerebro revelaron que cuando el virus del sarampión ingresó al cerebro, específicamente a la corteza frontal, su material genético comenzó a cambiar, creando otros genomas, que eran ligeramente diferentes.
Gradualmente, en las células cerebrales que iba infectando, los genomas mutados del virus se replicaron en otras células y siguieron haciéndolo hasta crear una población de genomas variados.
“En esta población, dos genomas específicos tenían una combinación de características que trabajaron juntas para promover la propagación del virus desde la ubicación inicial de la infección, hasta colonizar todo el órgano”, dice Cattaneo en un comunicado de la Clínica Mayo.
para webEl regreso de la panencefalitis
“Los primeros signos clínicos de PEES se detectaron a los 22 años en este paciente, lo que sugiere que el virus persistió durante unos 20 años después del sarampión agudo”, señala el equipo de Cattaneo en el reporte de investigación.
Este largo periodo de incubación, agregan, es consistente con el hecho de que el virus tiene una propagación muy limitada en el cuerpo hasta que alguna “unidad infecciosa colectiva” acumula las cuatro mutaciones que son necesarias para que haya una población viral migratoria.
Si bien la vacunación ha sido muy eficaz para prevenir el sarampión (se calcula que evitó 56 millones de muertes entre 2000 y 2021), una vez que se manifiesta no hay tratamiento específico para combatirlo. Pero no es muy necesario, ya que la mayoría de los pacientes se recupera en dos o tres semanas.
En algunos casos, sin embargo, el sarampión puede causar complicaciones graves, tales como ceguera, encefalitis aguda, diarrea intensa, infecciones del oído y neumonía, sobre todo en niños menores de cinco años, en especial si tienen problemas de malnutrición, y en pacientes inmunodeprimidos. Y en ocasiones, estas complicaciones pueden conducir a la muerte.
A pesar de la existencia de una vacuna segura y barata, se estima que en 2021 se produjeron 128 mil muertes por sarampión a nivel mundial, la mayoría entre niños menores de cinco años no vacunados o insuficientemente vacunados en Asia y África.
Desafortunadamente, algunas de las personas que sobrevivieron al aumento de contagios que se ha dado tanto en las regiones donde no se ha erradicado la enfermedad como en donde ha ocurrido un aumento de los casos a partir de finales del 2023, podrían padecer panencefalitis dentro de una década o dos.
Epílogo brasileño de esperanza
Aunque en México ha habido una disminución en los niveles de vacunación en los últimos años, éstos se pueden recuperar. Un ejemplo se dio recientemente en Brasil, donde, por una disminución en la vacunación, hubo más de 20 mil casos de sarampión en 2019; sin embargo, una rápida y eficiente campaña de vacunación redujo drásticamente los contagios de la enfermedad, al punto de que en 2023 no tuvieron un solo caso, y tampoco lo han tenido en lo que va de 2024.