Evangélicos huyen de sus comunidades por persecución religiosa en Hidalgo

16 de Mayo de 2024

Evangélicos huyen de sus comunidades por persecución religiosa en Hidalgo

Evangélicos en Hidalgo

Foto: Canva

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Decenas de personas dejaron sus comunidades ante el temor de ser aprehendidos o linchados por no profesar la religión mayoritaria en esa región

Amenazados de muerte, 178 evangélicos -incluido 68 niños- huyeron de dos comunidades ante el temor de ser aprehendidos o linchados por no profesar la religión mayoritaria en esa región del municipio de Huejutla, en el estado de Hidalgo.

El pastor de la iglesia Bautista, Rogelio Hernández Baltazar, informó que el pasado 25 de marzo él fue encarcelado junto con 2 de sus congregantes, de nombres Juan Nicolás e Hilario Hernández, acusados del “delito” de ser cristianos, y quedaron en libertad luego de pagar una multa de 15 mil pesos.

En las comunidades de Coamila y Rancho Nuevo, municipio de Huejutla, hay al menos 50 familias que profesan la fe evangélica desde hace varios años, pero 32 de ellas han salido ante el temor de las amenazas por parte de la autoridad local y sus casas y propiedades han sido incautadas, al igual que el templo llamado La Gran Comisión, propiedad de los bautistas.

El pasado 3 de abril, pobladores encabezados por el delegado y su suplente, Genaro Oropeza y José Salazar, despojaron de sus parcelas y casas a 5 familias en Coamila, a quienes además les cortaron el servicio de luz eléctrica.

Fue el 25 de abril cuando caciques de la localidad y el delegado de Rancho Nuevo, Gervasio Robles, encabezaron a un grupo de pobladores que casa por casa cortaron el servicio de luz a 23 familias evangélicas en ambas comunidades, sin haber una razón legal para ello.

“Los caciques en complicidad con los delegados cercaron el templo con alambres de púas, al igual que varias casas de los hermanos, por lo que decidimos huir a la cabecera municipal, y es que sin luz y con las amenazas de linchamiento, decidimos venir al auditorio de Huejutla en busca de que las autoridades hagan justicia ante esta arbitrariedad”, dijo Pedro Salazar, uno de los 178 refugiados del grupo evangélico de la comunidad indígena náhuatl en ese municipio.

Nicolás Hernández afirmó que por ser cristiano fue llevado ante el comandante comunal de Coamila, Adalberto Hernández, quien lo amenazó de muerte. “Me puso un machete en la nuca y me dijo que me iba a matar por ser del grupo bautista”, indicó el afectado.

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